Serpe. Nunca a la aldea de Serpe se le habría ocurrido que iba a albergar uno de los restaurantes más emblemáticos de la Galicia moderna. Con sus impresionantes vistas a la ría de Pontevedra, el Pepe Vieira-Camiño da Serpe se ha colgado su primera estrella Michelín. Y como tal distinción habla por sí sola, mejor es dejarla a un lado y fijarse en lo demás.
Porque con el edificio -de muy vanguardista diseño- llega a Galicia una tendencia que triunfa en Europa y que se pelea dialécticamente por la otra en alza, más veterana y conservadora: la rehabilitación de los edificios antiguos.
Aquí manda la primera, y eso se nota desde el aparcamiento, la señalética y el acceso al restaurante. La ductilidad de los espacios es otra de las características. Pero manda, sobre todo, una idea: construir un negocio abierto, implicado en la sociedad (aseguran tener relación con más de 1.500 empresas mercantiles y contar con un departamento de I+D gastronómico). No se trata sólo de cocinar, sino de ser desarrollar una actividad económica centrada en (son sus palabras) naturalaza, arquitectura, turismo gastronómico…
En ese sentido, la apuesta es muy arriesgada para malo para el país si no les sale bien. Hay un sector de gente que no va a tal o cual sitio sólo por comer, sino por el entorno, por el edificio, por las tendencias… y está dispuesta a pagar por todo eso.
En fin, el resumen es que Pepe Vieira-Camiño da Serpe resulta muy difícil de resumir según los parámetros convencionales. Lo mejor, como suele suceder, es ir y comprobarlo por uno mismo.
lo importante es saber si dan o no bien de comer