Red Natura del río Tambre. Adiós a San Juan. O sea, bienvenido, verano. Y con sol, lo cual empieza a resultar insólito. Aunque todavía de calor, nada de nada por Santiago adelante. El jueves he puesto punto final (quedan los fierros) al libro de rutas en el que he estado trabajando todos estos meses. Un libro pasado por agua, desde luego, que me costó quedarme atrapado con el Land Rover en dos ocasiones cuando iba al punto de partida, unas botas que hubo que tirar a la basura y el gasto en un traje de aguas profesional que filtrar no filtra ni una gota, pero que resulta incomodísimo para caminar. Mi libro saldrá en julio (lógicamente, con La Voz de Galicia). Así que el viernes me encontré vacío, en plan «¿y qué hago ahora yo de mi vida?». El sábado fue el quinto día del año que no trabajé, y ayer domingo, suavemente, vuelta al tajo. Porque siempre hay algo que hacer, y lo peor en momentos de crisis es bajar los brazos, primer paso para luego bajar los pantalones.
De modo que aquí estamos. He aprovechado para leer la excelente página (¡qué maravillosa idea!) de Antonio Sandoval en el suplemento La Voz de la Escuela centrada en la elaboración del mapa gallego del cuco. También me releí a mí mismo, cosa que hago una vez al año como mucho. En este caso, la doble página que sobre el camino de San Olav publiqué el viernes pasado y que no está en la Red porque algún extra tenemos que darle a aquel lector que saca el dinero del bolsillo para comprar el periódico. Sobre San Olav se está trabajando desde Santiago a través del programa europeo Certo, porque no se trata de competir con el Camino de Santiago -imbatible, por otro lado-, sino de promocionar, completar, animar. De modo que desde Incolsa se está en esa línea, como ya dije en otra ocasión. Buena idea y que haya buena suerte.
Porque lo cierto es que en esta mañana de minivacaciones en Galicia (hoy es festivo aquí) el aparcamiento de Salgueiriños, donde paran prácticamente todos los autobuses que traen visitantes a Compostela, está vacío: sólo dos. Y eso no es buena señal. La gente está de resaca de ayer, San Juan, y en la carretera no había nadie.
En fin, lo dicho: llega el verano. Que sobrevivamos.