Rianxo (A Coruña). Es, o al menos parece ser, el vigilante de la cofradía de pescadores, una gente que en toda la costa gallega desarrolla una labor impecable. Pero no había ninguna emergencia para meter un todoterreno por la playa. Además del mal ejemplo y de que siempre va a perder alguna gota de aceite, la playa es un ecosistema al que parece que no se le da valor. Jamás vi cosa igual en los arenales de Dinamarca o Gales. Y seguro que el vigilante estará más en forma si aparca el coche y camina doscientos metros.