Red Natura del río Tambre. Hacía cuatro o cinco años que no iba a la isla de Sálvora, incluida en el Parque Nacional das Illas Atlánticas. Volví el miércoles pasado, día 17, en una expedición de periodistas organizada por la Axencia Galega de Turismo. Fuimos en tres barcos, cada uno totalmente distinto del otro, en una travesía muy grata pero no tanto como la vuelta: entre la niebla que ponía su nota de misterio y el mar de ardora por el que navegamos (¡impresionante!) fue algo inolvidable.
La isla está como siempre: preciosa y muy bien cuidada. Pero no está preparada para el turismo, ni siquiera para un turismo selectivo como es el que va allí. No ha habido la inversión que hubiera habido en otros países, y la aldea, abandonada, es ejemplo de esa racanería. Hay que reconstruirla por completo en el sentido que digan los técnicos, pero hacerlo con un sentido global: esta tiene que quedar así y cuesta tanto. Porque a este paso seguiremos igual dentro de medio siglo. No se trata solo de poner carteles como el de la foto de abajo.
Por lo demás, la idea de la Axencia Galega de Turismo es simplemente genial, y si la desarrollaran en Noruega o Suecia los papanatas la pondrían como ejemplo. María, Carolina (una y otra, auténticos encantos cuando se habla de relaciones públicas), Abraham y el omnipresente Merelles son los artífices de una visita que los participantes tardarán en olvidar.: ni un solo fallo, y si lo hubo, nadie se enteró.
Y por cierto, ¿a qué animal les recuerda la foto inferior?