Isla de Cortegada. De nuevo en el Parque Nacional das Illas Atlánticas. Esta vez en Cortegada gracias a que V (uno de los dueños de Corticata) sigue siendo un tipo amable y me ha pasado hasta el pantalán de desembarque. Mi objetivo era ver los trabajos de limpieza y consolidación de la capilla, que estaba totalmente cubierta por vegetación tan variada como destructiva. El resultado es el de la imagen: el edificio es muchísimo mayor de lo que parecía. Y, desde luego, el trabajo está incompleto: es fácil de entender que el dinero es limitado, pero la obra debe continuar el año que viene. Y por cierto, no sé si había un arqueólogo por el medio, supongo que sí (cata no hay ninguna), y sería interesante conocer su informe.