Castro de Viladonga. Mi primera excavación seria fue el castro de Viladonga (Outeiro de Rei, Lugo), en su primera campaña. Me llevó allí Manuel Chamoso Lamas, a la sazón el factotum de Bellas Artes en Galicia. Ese castro tuvo la suerte de tener como director, muchos años hasta hace muy poco, a Felipe Arias, un arqueólogo serio que fue durante cuatro años un excelente director xeral (general) de Patrimonio en Galicia.
Así que vuelvo, añorante de mis entonces 19 años, siempre que puedo, que por desgracia no es mucho. Y tras pasear con alma entre sus callejuelas y por encima de la muralla, comprobando que aún queda mucho por hacer tantos años después (los antecastros pueden ser un tesoro escondido), me meto siempre en el museo, y ahí no me canso, sobre todo desde que hace poco tiempo se hicieron cambios en la exposición. Ahora todo está clarísimo. Es el típico lugar que todo gallego debería conocer. En verano o en invierno, porque, como dicen los daneses, «no hay mal tiempo, sólo mala ropa».