Monte do Gozo (Santiago). He estado hablado con P. que además -o a pesar de- de ex alumna incluso es amiga. Y entre las críticas que me hace, siempre riendo -ella es así-, está la de que soy muy negativo en este blog, que siempre estoy denunciando cosas negativas y que también tenemos muchas positivas. Podía haberle contestado que esa es función del periodista (no me lo creo), o que ella en vez de haberse ido a Asia de vacaciones podría haberse quedado aquí a disfrutar de todas esas cosas positivas. Pero no. Es que niego la mayor. Intento ser equilibrado entre la crítica y la alabanza. Eso sí, mientras creo que esta debe ser siempre moderada, la otra debe ser con cuchillo afilado… si es que se lo merece.
Para llevarle la contraria publico este post. He ido al Monte do Gozo a conocerlo. Ya lo conocía, claro, pero ha tenido a bien vivir un auténtico lifting impulsado y pagado por la Axencia Galega de Turismo. Ni rastro de tojos. Ni rastro de basura. Un nuevo sendero de tierra baja desde la capilla para que los peregrinos eviten el asfalto. Porque este es el punto de encuentro de todos los peregrinos y adláteres que vienen a Santiago (excepto los que siguen el Camino Inglés y el Portugués). Llaman la atención las tres piscinas.
Y todo impecable. Y no lo digo para evitar una nueva crítica de P. Es que las cosas son como son.