Calderas del río Castro. Me he llegado a las Calderas del río Castro, llamadas por algunos Caldeiras do Inferno. Es la segunda vez que estoy aquí, y la anterior fue hace dos inviernos, cuando descender por aquellos escalones tan resbaladizos tenía su miga. Fue impresionante, con el agua saltando y desbordando constantemente las márgenes del río.
Ahora todo es distinto y la larga sequía ha dejado su profunda huella. El escenario no se parece en nada y ha perdido toda su espectacularidad. Como este lugar hay varios más. Pero es lógico.
Lo que no es lógico es que algún bárbaro haya prendido fuego al monte a la altura de una aldea abandonada que hay encima de este paraje. Y las llamas han saltado al otro lado de los escalones. De manera que el lugar da pena. No es buena idea ir ahora ahí. Pero si el bárbaro en cuestión tiene todavía un poco de sentimiento, cosa que dudo, que piense que está ayudando a asesinar a su tierra. Y si tiene hijos, a su futuro.