Boiro. Esta es una de esas ocasiones en las cuales sobran las palabras y hablan las fotos. Resulta que en la otra punta del saliente donde se emplaza Cabo de Cruz, municipio coruñés de Boiro, mi mapa señala una capilla. No me pregunten puesta bajo la advocación de quién porque con el enojo no sé ni dónde tengo ese mapa.
Allá me fui, hasta la línea de costa. Y sí, encontré sin problemas el pequeño templo, que se ve en la foto superior. La inferior está tomada girando un poco a la derecha. Y esto es lo que hay: porquería y unas ruinas convertidas en paredes de prácticas para grafiteros varios. Una imagen suburbial, tercermundista, indigna de la ría de Arousa.
Eso sí: batimos récords de turistas. Que no son tontos y un día descubrirán que tenemos los deberes por hacer. Para prueba, el monstruo de Boiro.