Red Natura del río Tambre. De vez en cuando, entre mis docenas de cajas y miles de documentos, encuentro algo curioso de hace muchos años, porque uno va cumpliendo cada doce meses y tiene algo atesorado.
Y con este día algo lluvioso (¡Muchas gracias, porque nos hace falta agua!) hallo una página de La Voz de Galicia del domingo 21 de octubre de 1984 (recuerden: Felipe González llegó al poder en ese mismo mes de 1982) con las declaraciones de Rafael Mejuto, presentado como responsable del Departamento de Arqueología de la Federación Gallega de Actividades Subacuáticas. La cosa era que se había perdido una subvención de 850.000 pesetas (unos 5.100 euros, que entonces era una barbaridad de dinero) por choques entre la Administración central y la autonómica. De manera muy diplomática y educada -elle era y es así: dulce pero firme-, Raquel Casal, subdirectora general de Cultura echaba una mano a Rafael Mejuto.
El problema es realmente intrincado, y no es cuestión de presentarlo aquí. El remate de Mejuto no deja lugar a duda: Nos encontramos con la curiosidad que estos buceadores sí se encuentran capacitados para realizar un proyecto del Museo de Vigo pero no para hacer el mismo proyecto si lo dirige el Museo de Pontevedra. Cosas de las autonomías.