Corcubión. Corcubión tiene en su casco urbano -o al menos son las que he localizado, porque ni hay oficina de turismo ni señalización alguna- dos iglesias. Esta pequeñita y coqueta, con alrededores no demasiado modificados pero en absoluto bonitos, se muestra en un estado impecable. Es la de San António.
Entro en ella y a la derecha veo la placa que fotografío. Y ya resoplo. Puedo entender que en una obra de gran magnitud el presidente de lo que sea se quiera colgar la medalla -cosa que no sucede en los países desarrollados de Europa-, pero ante la obrita más minúsculas ansíe que su nombre aparezca bien grande para la posteridad es de una chulería y falta de ética que me pone de los nervios. Les recomiendo a todos ellos que se lean la Ley de Jante. Si es que quieren entender por qué Dinamarca está donde está y Galicia está donde está.