Red Natura del río Tambre. Hoy, 1 de julio, la playa de As Catedrais marcará el devenir de los espacios protegidos gallegos. Contra aquellos que prefieren el pan para hoy y hambre para mañana, la racionalidad técnica impone que pasen menos de cinco millares de personas diarias hasta el arenal, lo cual a mí me parece una barbaridad: demasiados. Y es que ese monumento natural es también muy frágil, y sufre cuando algún cretino arranca sus esquistos, cuando un tonto de la berza (con perdón de las berzas) graba su nombre en las pizarras y cuando ve a un grupo de jubilados haciendo equilibrios imposibles a 15 metros de altura, en lo alto de los acantilados, nada en el medio entre ellos y la arena allá abajo, pero todos no caben en la foto y se aprietan como pueden en un intento o de que no caiga ninguno o allá vayamos todos.
El éxito es fundamental. No porque triunfe la Xunta (hombre, puestos a ello yo prefiero que mi gobierno local, autonómico o estatal lo haga bien y no mal), sino porque será un paso pedagógico adelante para conservar los espacios naturales gallegos. Porque ese éxito, si se produce como espero, no será de la Xunta ni de sus técnicos, sino de todos.