La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Playa de As Furnas. Tanto Coro como yo empezamos a echar cuentas, y por lo menos hace cuatro años que no venimos a la playa de As Furnas, en el municipio de Porto do son, lugar ahora conocido porque ahí se estampó contra el fondo del mar -que estaba mucho más cerca de lo que pensaba- Ramón Sampedro, quedándose tetrapléjico. Su peripecia vital dio lugar a la película Mar adentro, que, desde luego, no he visto ni espero ver. Pero sí, lo cierto es que hacía mucho tiempo que no pisábamos esta arena. El campo de fútbol sigue igual, un monumento al feísmo, y encima sin una brizna de hierba. O se reforma o dinamita, por favor. El arenal, una maravilla. Y al restaurante, como siempre. Aunque al salir de casa no pensábamos comer en él, al final recalamos en la mesa de siempre, dispuestos a esperar porque, aunque la atmósfera siempre es muy agradable y el personal atento, la rapidez nunca fue una de sus virtudes. Claro que, cierto es, nadie va allí con prisa, pero esta vez se pasaron un pelín. Lo excepcional continúa siendo la bandeja de rapantes, impresionantes, fresquísimos, hechos en su punto, sin duda los mejores que tomo en mi vida los tomo ahí. El precio, bajo, por mucho que lo engorden los helados de la tropa menor de edad…