Os Peares (Ribeira Sacra). Me va a perdonar el presidente Feijoo, pero su aldea natal, Os Peares, donde me encuentro ahora, no la incluiría en el catálogo de preciosidades de Galicia. Ahí se dan cita tres ríos: el Miño, el Sil y el humilde Búbal. Y a orillas del Búbal hay un par de edificios bonitos. El resto, juzgue usted mismo por la foto superior. O por la inferior. O vaya allí y fórmese su propia opinión, que le interesará más que la mía.
Me he refugiado en Acea de Búbal, un establecimiento hostelero que tiene más elegancia que cuando comí en él hace media docena de años, entonces lugar de combate. Algo no me cuadra y compruebo que el nuevo propietario (o inquilino, no lo sé) lleva allí seis meses. Acento francés o similar, mujer muy agradable, comedor que ha recuperado encanto… Puede ser un lugar para probar. Porque de eso se trata: de probar. La hostelería es eso, ensayo/error.