Red Natura del río Tambre. No soy amigo de Begoña y Miguel. No enemigo, por supuesto. Nos hemos cruzado en la vida media docena de ocasiones desde hace dos decenios, momentos gratos, cordiales. Y siempre los he admirado. Ella es una ingeniera agrónoma que desarrolló su proyecto de fin de carrera sobre la restauración hipotética de una casa de turismo rural… ¡y lo llevó a la práctica en Casa Pousadoira! Y desde entonces están batallando, sacando su negocio adelante. Son empresarios atípicos. No se conforman con abrir las puertas a quien llama a ellas, prestarle un servicio y cobrarle, sino que lanzan iniciativas originales y bien estructuradas. En primavera terminaron un cursillo de identificación de plantas medicinales que cualquiera encuentra aquí y allá, y no hace mucho remataron otro sobre instalaciones fotovoltaicas. Ahora sorprenden con otro más en el cual los asistentes aprenderán a elaborar cerveza en su propia casa. Dos días -1 y 2 de noviembre- para hacer algo distinto, llueva o no. Y esas cosas, las originales, son las que se necesitan para desestacionalizar el turismo en Galicia. Por eso tengo un respeto por Begoña y Miguel.
¿Los detalles del cursillo? Esos los publico mañana en La Voz de Galicia. Excepto cambio de última hora, claro está, porque en periodismo nunca se sabe.