Sarria. Tuvimos asamblea en Sarria. Me refiero a los de la Asociación de Periodistas del Camino de Santiago, Apecsa, que todavía presido. Mucho optimismo en plena crisis, muchas ganas de hacer cosas. Lo peor que puede suceder es que nos encerremos en el cascarón. No los de Apecsa, sino todos. El turismo no funciona sin optimismo. Hay que tener ganas de salir, de ver, de viajar.
Sarria está como siempre: horrorosa. Una desfeita total. Un urbanismo lamentable, una estética en los edificios que dan ganas de salir corriendo. ¿Por qué lo elegimos, pues? ¿Porque es lugar estratégico del Camino de Santiago? No, en absoluto. Porque teníamos un cocido pendiente con Rocío, la mujer de Víctor López Villarabid, uno de nuestros socios más queridos, miembro de la Xunta Directiva desde la fundación va a hacer ahora 20 años. Y que se nos fue. Teníamos el cocido pendiente de muy atrás, y por eso, con la lluvia que caía ayer, todos arrancamos. Porque Víctor se fue, pero el Camino sigue ahí. Y la amistad. Y el recuerdo.
(¡Ah, el cocido! Impresionante en el restaurante de la estación de autobuses. Y muy barato)