La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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cruz

Pontedeume. No es que haga muy buen día, no, pero siempre he dicho que ese es un problema de la meteorología, no mío. En Noruega tienen la sana costumbre de dar un largo paseo todos los domingos por la mañana, llueva o truene, y casi lo mismo se puede decir de los países aledaños y de Gran Bretaña. Así que yo hoy me he plantado en Pontedeume y, en coche y muy escasa velocidad, he recorrido el trayecto desde la Cantina del Río Covés hasta el castillo de Nogueirosa. Subida pura que hace una docena de años me chupé a pie y con un día de mucho calor, bastante cansado porque era el cuarto día de caminata, durmiendo en tienda de campaña y elaborando un librito con la ruta de los cuatro castillos (Moeche, Narahío, Andrade y el de Nogueirosa).

El caso es que a medio ascenso se cruza una aldea pequeñita y a la salida queda a la derecha la fuente del Empedrado y a la izquierda una cruz sencilla y elegante. Pues bien, la cruz está ahora pegada a un muro. O mejor dicho, el muro -y la verja- pegado a la cruz. Otra barbaridad. Y no sé si legal o no, ni me importa, pero así está este país. Que cada uno juzgue por sí mismo viendo la foto que acompaña a estas líneas.