Mondoñedo. La mujer que enseña la catedral de Mondoñedo está de vacaciones. ¡Qué suerte para ella! ¡Y para mí! Porque nada menos que el archivero, Enrique Cal Pardo, hizo de cicerone del grupo del que yo formaba parte: 25 alumnos de la Escuela de Turismo de la Universidad de A Coruña, Carlos Rodríguez y Mavi Lezcano. Y es que la oportunidad de escuchar a Enrique Cal en vivo y en directo es una en la vida. Su erudición semeja enorme (¿será finita?) y su hablar grato, no exento de toques irónicos cuando uno esperaba la pesadez que se le presume a un sacerdote mayor y con luenga sotana. Cierto es que era ya sábado por la tarde y llevábamos dos días de aupa, en una experiencia original que se le ocurrió al propio Carlos y a Manuel Valín, el director del Centro Comarcal de la ciudad lucense. La gente empezaba a estar cansada, sobre todo algunos que no habían desaprovechado la noche, según se lee en su blog Minimundos. Pero el verbo del archivero despertó a todos. No hizo una exposición al uso, sino que metía anécdota tras anécdota, todas rigurosamente documentadas, y solamente un bellaco intelectual podría argumentar ahora que no le interesó aquello.
Porque el tiempo pasa para todos. Y cuando los hoy alumnos tengan la venerable edad de quien esto escribe podrán asgurar, con orgullo y alguno quizás con un atisbo de lágrima en el ojo: «A mí me enseñó la catedral de Mondoñedo Enrique Cal Pardo». No todo el mundo puede decirlo. O sea, un lujazo.
El primer dia mal con la lluvia pero copenso el viaje con esta estupenda visita y con un guia de lujo a ver si tambien los alumnos de La Senior tenemos alguna de estas oportunidades,Mondoñedo es una joya a cuidar, desdeluego estos escritos si que nos ayudan tanto a recordar lugares conocidos como a sentir interes por otos desconocidos pero por poco tiempo.Una gozada leerlos
lujazo! que pena no poder disfrutarlo con vosotros … por la experiencia… y por la compañía!
saludos