Red Natura del río Tambre. Mis colegas y amigos Carlos Agulló y Francesc Pumarola me miraron ayer entre irónicos e incrédulos. Francesc es un tipo activo que, al menos en la redacción, no suele perder la leve sonrisa que adorna su faz, aunque cuando se sumerge en el teclado roza el autismo. A Carlos lo conozco desde hace muchos años, comenzamos los dos en Ferrol Diario (él es incluso un poco más joven que yo) y se lo ha currado en media Galicia, Baleares y Madrid, antes de volver a casa. Pero ayer, que había un inexplicable bullicio en la redacción de La Voz de Galicia y eso que aún no era la hora de cierre (cuando comienzan los nervios), uno y otro reflexionaban tras oír de mi boca de qué iba a ir este post: del Día de la Ciencia en la Calle que se celebra mañana, sábado, en A Coruña. «Pero, ¿eso es turismo? Porque de viaje no tiene mucho, excepto para los participantes que vienen de Ribadeo o de Santiago».
Me batí el cobre con dignidad porque el turismo ya no es lo que era. Ahora hay turismo cultural, turismo urbano, turismo… Y por supuesto que el Día de la Ciencia en la Calle es, per se, no sólo un encuentro de miles de personas divulgando y/o aprendiendo ciencia al alcance de todos sino también un destino turístico. No un producto, pero sí un destino.
No sé si convencí a Carlos y a Francesc. No sé si convenzo a quien me está leyendo ahora mismo. Pero sí puedo asegurar que la cita, toda la mañana en el parque de Santa Margarita de A Coruña, es de las que no se deben perder. Además de lo que cada uno aprenda, porque no se olvidará en la vida: yo estuve allí.