Santiago de Compostela. Me encuentro, y no de casualidad, con Suso y María. Digo que la casualidad brilla por su ausencia porque ella es, junto conmigo y otros 20 más, coautora del libro «En peregrinación ás estrelas» que los socios de la Asociación de Periodistas del Camino de Santiago (Apecsa) hemos presentado hoy por la mañana en Santiago. Así que entre el personal que llenaba la sala (muestra del cariño que despertaba Andrés Tarrío, fallecido miembro de Apecsa a quien está dedicado el volumen) se encontraban ellos dos, propietarios de esa magnífica casa de turismo rural llamada A Parada das Bestas. A la hora de desperdigarse, un grupo hemos decidido echar a correr para no mojarnos demasiado y comer juntos, y Suso y María se quedaron con la plana mayor de Apecsa, donde son tan bienvenidos como sucede siempre que uno de nosotros se llega a A Parada das Bestas.
Hablamos de cómo les va, claro (pura deformación profesional mía), y echamos la vista atrás: llevan 11 años en la brecha y aún recuerdo la primera vez que fui allí, liado por otro buen amigo común, José Salgado, y la pareja rozaba las lindes de la depresión. Y es que el primer invierno se hace largo, duro y ruinoso. A ellos y a todos. Eso de llegar y besar el santo no existe en el turismo rural, y menos cuando abres tu negocio en el interior de Palas de Rei: por mucho que el Camino de Santiago pase a media docena de kilómetros hay que sudar el cliente. Bueno, el resumen es que parece que les va de maravilla y están a punto de acabar la papelada para inaugurar los nuevos y magníficos apartamentos, amueblados con mucho gusto… en Ikea.
«Pero lo que más funciona es el comedor», puntualiza algo radical María. Y a mí no me extraña. La mujer colgó por algún lado su título de licenciada en Económicas y se puso a recuperar las recetas de los viejos peregrinos. Y la buena gastronomía vende. La que no vende y la que va a sufrir los mamporros de la desaceleración es la mala. Buena noticia: al menos a estos dos los veo bien tranquilos.
Creo que todo periodista que se preste de obtener la buena noticia, algún día pasó o tendrá que pasar por esa excelente instalación de ‘Parada das bestas’. Por eso nada de es extrañar que Cristobal Rámirez destaque las las cualidades, obra y cocina que ofrece Maria y Suso, matrimonio propietario de esta casa de turismo rural.