Arteixo. Como con un colega del periódico (y sin embargo buen amigo) y con Javier Goyanes, el alma mater y presidente de Pazos de Galicia, la única marca de calidad con que cuenta el turismo rural gallego. El escenario es el Gómez, un restaurante nuevo de Arteixo con una decoración de esas tirando a oriental que hoy tanto abundan y con una cocina fina, magnífica presentación y precios medios tirando a bajos… excepto en el Oporto, que se suben a la parra. Al entrar en el periódico recomiendo el lugar a Paco Ríos, otro viejo colega de aventuras redaccionales y que coordina, junto con Pepe Varela, nuestra página semanal de gastronomía.
En la comida hablamos de las elecciones, claro está, pero sobre todo, y mucho, de turismo. Mis interlocutores pertenecen al grupo de los que creen que nos viene encima una buena crisis, algo que yo niego de plano excepto que mi concepto de crisis no coincida con el de ellos. Javier tiene dos establecimientos de turismo rural: la Casa Grande do Bachao y la Casa Grande de Cornide, en los montes de Santiago la primera (sí, Santiago ofrece al norte una zona bien montañosa) y en tierras jacobeas de Teo la segunda. Esta última, que acaba de ser remozada de arriba abajo, según me dice Javier, marcha sola porque está muy bien situada con relación a Compostela. Bachao le va bien, sin tirar foguetes, pero se mantiene, se pagan los sueldos y se saca un pequeño beneficio que se reinvierte en mejorarla (tiene gimnasio y piscina, entre otras cosas).
Pero asegura que no todo el monte es orégano: la gente no va de viernes a domingo, como hacía antes, sino que ahorra pasando sólo una noche. Eso sí, conozco la mitad de los pazos, rectorales y casas nobles integrados en su organización y prácticamente todos son de un nivel superior.
Quién será ese compañero y, sin embargo amigo. Por lo que se describe de Javier, tiene que ser un tipo interesante.
En cuanto a lo de la crisis, si uno lee lo que publicó esta semana el Financial Times de las prespectivas para la economía española después del 9-M, dan ganas de montar el petate y salir volando.
Por cierto, conozco la Casa Grande do Bachao y doy fe de que merece la pena perderse por allí al menos 3 días. Entre otros atractivos, se puede disfrutar de magníficos paseos por el monte, estupenda cocina, selecta, de confianza, de calidad, abundante… vamos para no pesarse en una temporada, pasearse por unos salones distinguidos, acogedores, señoriales, pero sobre todo, se puede disfrutar de la grata e inteligente conversación con su dueño y señor.
QUISIERA SABER MAS DE PETIN PUEBLO DE GALICIA DON DE NACIO MI ABUELA ,NO ENCUENTRO MUCHO SOBRE ELLO;SOY CUBANA Y VIVO EN TAMPA FLORIDA.LES AGREDESERIA