La Voz de Galicia
Navegar es necesario, vivir no es necesario (Pompeyo)
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El verano inexistente

Pinga un poco el cielo vestido de plomo, caen cuatro gotas mal contadas, y ya me recriminan que de qué verano me quejo, si en Galicia no hay verano. No, qué va, en Ourense fríen huevos en el empedrado porque les peta, no te digo, y los pinos rumorosos arden por hectáreas porque en el fondo somos esquimales y el fin de semana, en vez de ir a la aldea, vamos al iglú del abuelo. Además, el verano, como todo, es un estado mental, y aquí, digan lo que digan los papanatas de siempre, no nos libramos de sudar la gota gorda hasta que pasa septiembre, con sus migueliños dulzones, y llega octubre perfumado de musgo, hojarasca y rabos de pulpo. Al rostro pálido el calabobos de agosto, vaya ful, le amansa algo la quemazón, como cuando la niebla se posa como un inmenso telón de acero sobre la costa … Seguir leyendo

El niño de la pelota

El experimento es sencillo. Se agarra un puñado de arena y se arroja al suelo. Al rato, como muy tarde a los cinco minutos, aparecen un niño y una pelota. Nadie ha estudiado a fondo este misterio. En Oxford sospechan que tiene algo que ver con la ley de la gravitación universal de Newton. No sé, pero el caso es que igual que los rostros pálidos y el sol nos repelemos mutuamente, la arena y el niño de la pelota se atraen sin remedio. Otro truco para hacer aparecer al niño de la pelota es abrir un libro. Supongamos que, por un error, estamos bajo una sombrilla en la playa y se nos ocurre agarrar esa novela que no conseguimos leer en invierno. Ya en la primera página, qué digo, en el primer párrafo, aparece el niño y de un pelotazo manda el libro a pastar entre las arenas, … Seguir leyendo