A los niños los carga el diablo. Lo mismo se encaraman a un árbol y se tiran de morros para probar la resistencia del empedrado que revientan de un balonazo la porcelana de Limoges de la abuelita. Las criaturas vienen así de fábrica, con las trastadas como equipamiento de serie. Vale. El problema son los extras. O sea, cuando al diablo se le va la mano y carga a la chavalada no con balines o munición de fogueo, sino con ojivas nucleares. Ha pasado en Cea, donde el pan es arte. Allí la Guardia Civil acaba de echar el guante a cinco elementos (dos de 18 años y tres menores) acusados de unas fechorías que parecen extraídas del guión de El Vaquilla o de uno de esos videojuegos en los que cosechas bonus por atropellar ancianitas. Sucedió un fin de semana de agosto. Primero los cinco mozos se plantaron en un bar del pueblo (lo más parecido a una ludoteca), birlaron el coche de un lugareño y enfilaron la carretera hacia el colegio público. Después de reventar lo que encontraban a su paso, prendieron fuego al edificio y se llevaron puestos cinco ordenadores. Y, como ya era algo tarde, a casita, a dormir, que al día siguiente tocaba piscina y paseo por el campo. Los muchachos pasaron por la piscina municipal, sí, pero no para aliviar las hormonas con un poco de natación, sino para arrasar los vestuarios con un toque Terminator muy logrado. Luego, para culminar la hazaña, subieron a un monte, quemaron el coche robado y, ya metidos en faena, provocaron un incendio forestal. Qué menos. Claro que, a lo mejor, resulta que todo esto son chorradas y, en el fondo, lo que pasa es que son unos angelitos y la culpa es de los profes (o de la sociedad), que les tienen manía. Al tiempo.
P.S. (15.00 horas). Matizo: Según cuenta Marta Vázquez en su excelente crónica, no fueron los cinco angelitos los que mangaron el coche, sino el más pequeño de todos (de unos 15 años), que luego recogió a las otras criaturas camino del colegio. Ya me quedo mucho más aliviado.
Efectivamente, luego vendrán un pedagogo, un psicólogo, un sociólogo, un cronista de sucesos y un juez y la conclusión será que todo es culpa del estrés. Así, tras tres mesecillos contra la pared pensando en lo malos que han sido, todo arreglado. Mientras los demás, aquí o allí, pagamos la factura tan contentos de contribuir a la socialización de unas malas bestias. Si la Supernanny pilla a estos se mete monja…
Abrazos.
A algunos, los buenos, los carga el diablo personalmente, pero a casi todos los carga un experimentado armero. Y con balas de punta hueca con cianuro en su interor.
Por desgracia esto no es ciencia ficción.Y como esto que nos cuentas habrá muchos de los que no nos enteramos.
Y para más inri,alguien tendrá la culpa de su comportamiento,alguien,ellos seguro que no.
Saludicos.
Me escriben (bueno, a mí no, al director de La Voz) los alumnos de 4.º de ESO del colegio de Cea para comentar mi artículo, con el que no acaban de estar de acuerdo. Aquí está su carta:
Condeamos o incendio do colexio de Cea
Autor del comentario:
Alumnado de 4º ESO do colexio de Cea
Localidad:
San Cristovo de Cea
Fecha de publicacion:
Lunes 20 de septiembre de 2010
Volver Según as informacións da Garda Civil, cinco xoves, dous deles alumnos do colexio de Cea, presuntamente roubaron un coche, asaltaron, roubaron e incendiaron o colexio, destrozaron unhas piscinas e incendiaron o coche roubado, provocando un incendio forestal. Ante estes feitos, as alumnas e alumnos de 4º de ESO do colexio de Cea queremos manifestar o seguinte:
Condeamos da maneira máis enérxica posible estes actos vandálicos e queremos mostrar a nosa absoluta indignación. Danos pena e rabia que alguén quixese destruír a nosa segunda casa, a casa na que nos educamos desde os tres anos.
Estamos tristes e á vez asombrados ao saber que os presuntos autores destas barbaridades son compañeiros nosos. Os presuntos autores non gañaron nada cos seus actos sen sentido. Coincidimos con Luís Pousa (no seu artigo ?Angelitos?, La Voz, 16-9-2010) en que ninguén pode responsabilizar aos demais das propias actuacións: os culpables deberán facerse responsables dos seus actos delictivos e deberán asumir o que dictamine a xustiza.
Por outra parte, queremos dicirlle a Luís Pousa que, en contra do que afirma no seu artigo, a non todos os nenos os carga o demo. A gran maioría de xoves somos boas persoas. Facer xeralizacións que criminalizan á xuventude é inadmisible. Estes días un adulto matou á súa exparella en Ponteceso. ¿Escoitaremos dicir que aos adultos os carga o demo?
Sólo quiero decir que creo que en el artículo quedaba clara la diferencia entre las trastadas habituales de los niños y el suceso de Cea, que va mucho más allá de una travesura. No estaba en mi ánimo generalizar, ni criminalizar a la juventud. Creo que en el texto estaba suficientemente claro, pero si alguien no lo entendió así, por supuesto, mis disculpas.
Un saludo cordial a los amigos de Cea.
Efectivamente tendes razón en moitas cousas , pero…. alguien se parou a pensar que pode haber algunha persona inocente dentro de estes cinco detidos , eu por esperiencia propia pódobos decir que é moi duro que culpen a alguien sin ter nada que ver no asunto , os comentarios da xente, dos medios de comunicación, eso derrúmbate por completo desexas hasta a morte , e o único que che queda e acudir a un especialista a que che vote unha mao , mellor dito as dúas.
Antes de escribir certos comentarios , por favor pensade no que ides decir.
Gracias.
Ana, non foi esa a miña intención e espero non ter causado tampouco ese sentimento… Graciñas polo comentario e unha aperta.