Juan Ramón Jiménez dijo que Idea Vilariño tenía «un lento mirar verde». Certero JRJ, porque la mirada de Idea traspasa el papel y el tiempo, e incluso en el blanco y negro se atisba ese agudo mirar verde. Pero no sé yo si era un mirar lento. Yo creo que era un mirar fulgurante, duro, casi desafiante, al menos en las escasas fotos que de ella nos quedan. No hay muchas imágenes de Idea, porque a pesar de ser desde los treinta años un icono literario de Uruguay se resistía a conceder entrevistas y a salir en los papeles. Su obra, claro, se promocionaba sola, porque ella escribía desde la estratosfera y no desde esa caravana circense que montan algunos conglomerados editoriales para vender libros con portadas chillonas y títulos en relieve. Se llamaba Idea porque su padre, el poeta de origen gallego Leandro Vilariño, era anarquista y a sus cinco hijos los llamó: Alma, Azul, Idea, Poema y Numen. Curioso que la hija que le salió escritora fue Idea y no Poema. Numen, el más pequeño, es un consumado pianista.
¿Estás seguro, querido Luís, qué es curioso qué la hija que le salió escritora fuese Idea y no Poema?. Si te oyeran Aristóteles y no digamos Platón, pondrían el grito en el cielo de sus dioses mitológicos. Un sensible poeta sin ideas poco es. Un paridor de ideas, que no ideólogo, sin sensibilidad, tampoco a nada llegaría. Por lo cual me mantengo en la tesis que Leandro Vilariño necesariamente no se equivocó, máxime teniendo en cuenta que los libertarios siempre rebosaron ideas, que aunque la mayoría de las veces sólo sirvieron para mantener la ilusión de los utópicos, ideas fueron. Pensándolo bien me retracto. Vilariño padre lo hizo adrede. Camino del registro civil recordó la mirada talentosa de su pequeña Idea, su mejor idea.
Pues también tienes razón, Nano. Me alegro de verte por aquí. Un fuerte abrazo
Luís
Me acababa de leer en el blog de Antón Castro ,un artículo sobre Idea Vilariño y me he encontrado con tu entrada. Hay un poema de ella dedicado a Juan Carlos Onetti que es estremecedor.No sabía de esta historia,como dice Antón,atormentada e imposible ,entre estos dos escritores.Luis,me encanta lo que cuentas de los nombres que les puso a sus hijos,Leandro Vilariño.
Escribir desde la estratosfera,¡que bonito!. Buen coment el de Nano.Saludicos
Hay cada historia que deja fría… Pero, al mismo tiempo, admiración.
No sé si era lenta la mirada de Idea. Era penetrante desde una calma rara. Una mirada cargada de inteligencia e ironía suave y que se nublaba a menudo con una tristeza profunda. Cargada también de amor y cierta indignada resignación ante la tontería. Una mirada llena de espiritualidad que intimidaba un poco. Era demasiado mujer y demasiado poeta. Conocí esa mirada cuando ella tenía 60 años y la volví a sentir hace pocos meses, en una de sus internaciones y era la misma mirada, el cuerpo vencido pero los ojos tan vivos como siempre.
Como dato les digo que el padre no le puso Idea sino Idear como nombre. Así que creo que Idea terminó eligiendo su nombre ella misma.
Me olvidaba de algo, tú dices más arriba que hay pocas imágenes de Idea. No es tan así. El libro «La vida escrita» de Ana Inés Larreborges tiene una enorme cantidad de fotografías de Idea, desde la infancia hasta la vejez, hasta tal punto que cuando le comenté a Idea que el libro me había parecido muy bueno, me dijo, con su habitual laconismo: «demasiadas fotos»
Gracias a Carmen, Magda y Santiago por sus anotaciones a este post. Un abrazo!