La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Kirtling. ¡Qué desilusión Newmarket! Burro grande ande o no ande y cientos de caballos. Todo está preparado para los equinos y los jinetes. Enormes picaderos, lugares para carreras, hoteles de mucho lujo y un museo…  de las carreras de caballos.

Recorro la calle principal, High Street, que casi es la única, y luego un centro comercial todo atropellado. Así que vuelvo al coche y busco Kirtling, donde he quedado para comer. Carretera estrecha, muy arbolada, preciosa. Uniformidad elegante en la rotulación de las granjas, casas fuertes y establecimientos para la equitación. Desvío por una pista de esas que garantizan que uno se mete en el fin del mundo y al fin paro ante The Red Lion, un pub precioso y auténtico, lugar de la cita… cerrado porque faltan 20 minutos para las 12. De modo que paseo y la dueña se da cuenta de mi soledad. Abre la puerta y me invita a entrar, mientras me prepara un té.

¡Qué cambio! También ella acaba confesando que Newmarket no es la ilusión de su vida, y yo la entiendo porque The Red Lion es el paraíso. No por lujo, que no lo hay, sino por la autenticidad y la amabilidad de la propia dueña, del hombre que aparece por allí a trabajar y de la rubia que quizás sea su hija -o no- y que tiene cara de no haber dormido lo suficiente, aunque se muestra muy dispuesta.

Y además, mis scampi estaban estupendos, y mi postre, un tofe con helado, impresionante. Un sitio para recomendar y para volver.