La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
Seleccionar página

Huntingdon. Estoy, una vez más, en Inglaterra. Trabajando, claro. Hoy he acudido a un homenaje a los caídos en la Primera Guerra Mundial, y fue realmente de una emotividad que metía en corazón en un puño. Gentes de todas las edades y con representación de todas las entidades locales de esta pequeña villa de Huntingdon. Unas 200 personas que tras un par de flojos discursos (ni se oían porque falló la megafonía) depositaron flores ante la estatua al soldado que se levanta frente al Ayuntamiento. El sentido colectivo es lo que deja sin respiración, el sentimiento de ser un pueblo (incluyendo militares de raza negra y otro indio o similar), el aquí estamos todos (los descendientes) que no olvidamos jamás. Ni una voz discordante, ni una apelación a territorio, lengua, religión o ideología. Una exquisitez. Y uno, viendo esta minúscula muestra, comprende por qué Gran Bretaña no fue derrotada ni en esa guerra ni en la siguiente. Porque el enemigo tendría que no dejar ni una sola vida para vencer.