Red Natura del río Tambre. Atónito. He tenido dos perros (Trives y Alcalde), y me gustaría volver a tener otro cuando me jubile y me aburra. Me gustan los cánidos (no los felinos). Pero aun así me he quedado atónito al leer la noticia de que el Ayuntamiento de O Grove ha acordado que en dos de sus arenales sean bien recibidos. Y como parece ser que la mente no da para más, ha seleccionado dos playas poco frecuentadas a las que se llega por un precioso paseo de madera primero y un sendero cómodo y bonito después, con el Atlántico en su inmensidad, con un enorme pedrusco llamado O Con Negro… O sea, unos de esos sitios que suelen catalogarse como maravillas de la naturaleza: impolutos, con dificultad para que lleguen los coches… Muy vendibles turísticamente. Poca gente va por allí, siempre amigos de la tranquilidad, de esas personas que sin duda valoran las playas de O Grove y están dispuestas a dejar su dinero en los hoteles y restaurantes cercanos con tal de descansar en ese lugar paradisíaco. De hecho esa ruta es tan estupenda que la he incluido en mi libro de las 50 mejores de Galicia que en este mes pondrá en los quioscos con una tirada muy alta mi periódico, La Voz de Galicia.
Pues ya lo saben. A partir de ahora lleven un hueso para darle al chucho que vaya a importunarles y ojo al parche, que pueden extender sus toallas sobre excrementos de perros. De manera que tampoco es mala recomendación llevarse unas bolsitas de esas de recoger las cacas, con perdón. ¿Que no le gusta? Pues o se va a las playas masificadas de O Grove, que las hay, o cambia de municipio. Allá usted.