La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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Foto: Marcos Miguez. La Voz de Galicia

Foto: Marcos Miguez. La Voz de Galicia

Oxfam Intermon, una de las oenegé de referencia en nuestro país cumple 60 años de lucha contra la pobreza. Y no celebra su aniversario ensimismada, sino asumiendo con valentía y junto al resto de organizaciones que forman Oxfam Internacional, el riesgo de ser coherente y luchar contra la desigualdad y sus causas no sólo en Africa o América Latina sino también en España.

Detrás de esta transformación y de titulares como “El dinero fugado a un paraíso fiscal supone recortes en tu centro de salud” o «Con los refugiados no va a pasar nada, no han venido» están personas como su director general, Chema Vera, con quien he tenido la oportunidad de conversar.

Enfrentar la desigualdad extrema, seguir cerca de las personas y mantener la voz y la pasión son los tres retos que Chema cree que Oxfam Intermon tendrá en el futuro. Aquí nos da algunas pistas de como conseguirlo, o no.

 

Oxfam Intermón está denunciando en España problemáticas que antes parecían exclusivas de países del Sur: desigualdad, fraude fiscal o baja calidad democrática. ¿España es ya un país de terreno?

No como objeto de cooperación pero si como objeto de lucha por la justicia social y de defensa de derechos y de trabajo con población vulnerable. Sigue habiendo muchas diferencias pero creemos que debemos hablar de una desigualdad y pobreza crecientes en España porque sus causas son globales, máxime en desigualdad o fiscalidad, donde pueden afrontarse desde África, América Latina o Europa de una forma diferente.

Los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ya no hablan de pobreza de aquí y de allí sino de causas y compromisos compartidos. ¿Qué implica?

Nuestro informe conjunto con Unicef nos permitió hablar sobre la contribución de España a los ODS con sus políticas de cooperación y comercio exterior. Pero también en como se van a cumplir en nuestro país los compromisos de reducción de pobreza infantil o acceso a calidad de servicios sociales que deben plasmarse en un plan nacional específico.

Los nuevos ODS son una buena noticia. No sólo abordan las consecuencias de desigualdad o insostenibilidad sino sus causas estructurales. Por ejemplo, el objetivo Hambre Cero reconoce que fracasará si no se cumplen lo previsto en cambio climático. Ojalá fuera mas potente su redacción pero en ODS como el 10 se habla de desigualdad y supone sin duda una oportunidad para demandar políticas estructurales a nivel internacional y en España.

«Los indianos fracasados vuelven a casa» Una expresión escuchada en ONG de acción social ante la actuación en España de organizaciones que antes trabajaban en desarrollo. Debates clásicos en cooperación como empoderamiento o apadrinamiento tienen su equivalente entre inclusión activa o un rancio asistencialismo. ¿Luchar contra la pobreza y sus causas o maquillarla?

Creo que si lo enfrentamos creando campos excluyentes acabamos cayendo en el error interesado de quienes quieren diferenciar a pobres de aquí con pobres de allí. Si lo vemos desde el enfoque de la mera captación de captar subvenciones o el oportunismo de cambiar mi imagen falseando mi imaginario si es válido el debate.

Nuestra respuesta es que nunca ha habido fronteras para los derechos o la solidaridad. Para quienes trabajamos desde este enfoque de causas o de derechos en África o América Latina es más difícil hacer fronteras y caer en este error, y es más fácil compartir agenda y espacios en España. Y creo que ha sido acertado porque hemos contribuido al debate político publico español y no nos ha mermado la capacidad de hablar de otros países, al contrario, ha reforzado nuestro discurso, hemos podido hablar más de América Latina por ejemplo.

El 99% de nuestros ingresos seguirán destinándose a cooperación o ayuda humanitaria. No vamos a abrir programas propios pero si a utilizar una parte de nuestros recursos libres a apoyar con recursos, apoyo técnico, formación o hasta amparo mediático a organizaciones sociales en España, y en dos sectores: población migrante y refugiada y violencia contra las mujeres.

Hacer incidencia política defendiendo derechos o denunciando desigualdad solos o a través de redes: la Plataforma por la Justicia Fiscal, Polétika… Algunas entidades protestan al sentirse obligadas a posicionarse sobre temas incómodos. ¿Es acertada la defensa radical de derechos?

Desde luego que si. Desde el respeto, pero si realmente como organización nos creemos el enfoque de derechos y no es mera retórica o unas palabras escritas en un marco lógico o en la memoria de actividades, ser coherente con esta misión implica exponerte, supone tensión, correr riesgos. Y si no…

¿Y si no?

haciendanosomostodos cartelTienes que sentir que estás saliendo de tu zona de confort, sintiéndote incómodo con las contradicciones. Podrás hacerlo mejor o peor pero por lo menos entras en terrenos donde hay una oportunidad para el cambio y de influir en sectores hasta ahora desmovilizados. Estamos comprobando que le hemos puesto explicaciones, argumentos y propuestas de acciones a una percepción de desigualdad que ya existía en mucha gente. Faltaba explicarla, dar posibilidades de actuación.

Pasar de denunciar los recortes en la cooperación al desarrollo (que seguimos haciendo) a presentar un informe de calidad contra la reforma fiscal de Montoro, es más arriesgado, pero es ahí donde debemos estar si nos creemos el enfoque de derechos y ese cambio de ideas, valores y actitudes políticas y prácticas.

Seguir con nuestra tradición de hacerlo solos o acompañados. Trabajar solos con acciones propias o en alianza con otros donde pongamos en juego nuestra identidad y marca (como la campaña contra el tráfico irregular de armas con Amnistía Internacional, Greenpeace o Fundació per la Pau, o la campaña sobre refugiados con otras ONG). Y participar en redes donde nuestra marca desaparece y se debate y actúa sobre causas comunes. Entre los tres espacios debemos seguirnos moviendo.

Sabiendo que los beneficiarios de Oxfam Intermón están a miles de kilómetros y los de las ONG de acción social en la calle de al lado, ¿Qué le dirías a quienes siguen diciendo que su organización es apolítica?

Que me digan como. Aunque sean entidades que se limiten a recaudar fondos, es tremendamente difícil afirmar ser apolítico cuando se esta trabajando con personas en vulnerabilidad y lo que haces no es ajeno a lo que ocurre en tu contexto local, a las normas que dificultan la inserción laboral o la alimentación. Solo con el hecho de prometer unas cuantas becas comedor se está tomando una posición política muy clara aunque no quieras.

fraude-fiscal-pringao-oxfam-intermonIncluso en un pretendido sentido asistencialista de trabajar solo las consecuencias estás asumiendo un cierto rol que más te vale reconocer. Máxime si se presume de tener un enfoque de derechos, lo que obliga a tomar postura y partido por las victimas. Nuestra acción política parte de las personas y sus derechos. En otras se puede partir de las ideas o los estudios, pero en nuestro caso vienen luego y este posicionamiento casi inevitable nos obliga a ser innovadores, a intentar conectar con una sociedad española que se ha revitalizado políticamente en los últimos ocho o diez años, nos guste o no.

Lo que pasa es que se confunde apolítico con apartidista. Organizaciones como Oxfam Intermón, Amnistía Internacional, Greenpeace o Médicos Sin Fronteras hemos demostrado que se pueden tomar iniciativas contundentes y comprometidas políticamente sin que se nos puedan asociar con ningún partido. Como cuando reclamamos la reforma de la Constitución y que los derechos sociales y económicos se conviertan en fundamentales y tengan la misma obligatoriedad para nuestro gobierno dentro y fuera de España. Ahora, esto no es estar precisamente en la zona de confort.

¿Cuales son los retos a los que se enfrenta el Tercer Sector Social en España? 

Relevancia para la sociedad, seguir siendo referentes para ciertos temas más allá de las actuación concreta.

Rendición de cuentas sobre lo que estamos consiguiendo con nuestra actuación (acción humanitaria, acción social, incidencia, cooperación, me da igual) gracias al apoyo de la sociedad, bien sea indirectamente con financiación pública o con cuotas de socias o donativos.

Conexión con la gente joven y conseguir su adhesión. El paso de la persona socia o donante de toda la vida a jóvenes activos en el mundo digital, que requieren una cercanía, transparencia e implicación muy superior a la que estamos acostumbrados.

¿Sigue siendo necesaria la cooperación al desarrollo? ¿Hay vida después del 0,7%?

Si claro. Hay que seguir defendiendo un volumen de fondos suficientes. No estoy de acuerdo con la postura de que ya no hay que pedir dinero. Si la política pública española de cooperación al desarrollo no crece, más vale cerrarla, porque llega un momento en que con tanta reducción no llega ni para soportar los costes de estructura y lo que cuesta una dirección general sin apenas tiene recursos para gestionar.

Comic Niñas Abuso sexual Nicaragua CooperaciónPero hace falta una renovación del rol, los instrumentos de cada actor y la narrativa de cómo lo estamos contando. Y esto afecta y mucho a las ONGD. Creo que tuvimos un boom de financiación rápida y excesivamente fuerte, que digerimos como buenamente pudimos, haciendo mucha maquinaria de proyectos que ahora ya no existe.

Debemos evolucionar hacia una cooperación de valor añadido. Que se nos mida y valore por el impacto de nuestros programas: con quien más los hacemos (en terreno o internacionalmente), en si aportamos conocimiento, influencia, trabajo en red, una especialización fuerte, etc. Si eso no se explicita, la narrativa antigua de simplemente gestores de la cadena de solidaridad o la relación con intermediarios, está muerta. Máxime porque es vertical y estamos en un mundo cada vez más horizontal, en donde hay países con capacidades mucho más fuertes que en el nuestro.

También está muerto un sector de ONGD ensimismado con la bandera de más recursos o del 0,7%. Sólo puede funcionar por la vía de quitarse las orejeras, asumir un enfoque de derechos, de compartir causas con otros o asumirlas para ampliar nuestra base social y el respaldo a la cooperación al desarrollo. Al sector le ha venido bien la reducción de las ONG y que haya más fusiones e interrelaciones y que se nos mida por lo que aportamos, no por lo que gestionamos.

Recaudar fondos denunciando desigualdad y fraude fiscal: ¿Suicidio o genialidad?

Fue una decisión difícil. Cuando entras en una denuncia de desigualdad o intereses de grandes empresas, salvo excepciones como la Fundación La Caixa con la que puedes entrar en un dialogo sofisticado, a la mayoría ni se les pasa por la imaginación financiarte. Tienen otras organizaciones disponibles mucho más blancas y con causas mucho más sencillas.

Hay una renuncia implícita a este tipo de financiación, pero afortunadamente la realidad económica es mucho más amplia, con mucha pequeña y mediana empresa y alguna grande que si que participan. Hay algunos donantes que aún teniendo muchos ingresos entienden la dialéctica de desigualdad y la defensa de una fiscalidad justa y un reparto de la riqueza.

¿Que es una ONG blanca?

Aquella con un posicionamiento político público mucho menos anguloso o sistémico. Puedes denunciar en tu boletín la situación de los niños soldado o la trata, porque queda muy lejos. Pero la clave es que hacer cuando te vas haciendo más fuerte: si denuncias abiertamente las causas políticas o económicas que provocan o consienten estos hechos y retas al sistema, te haces un poco menos blanco. Entras en un cierto barro, y hay que hacerlo con mucho rigor y apoyo público, siempre con la conexión de las personas para explicar y explicitar el por qué hacemos una acción y no otra.

¿Y funciona con pequeños donantes?
Si. Con campañas como las de escaqueo fiscal o subirnos a la denuncia de los Papeles de Panamá hemos conseguido miles de nuevos socios. No por una emergencia, sino por una campaña política.

Incluso en campañas más tradicionales, como la que haremos en Navidad estamos intentando innovar nuestro marketing, conectando, en una campaña con el lema No hay más excusas, un proyecto con mujeres en Burkina Faso con la incidencia política sobre el cambio climático. Es decir, relacionar un proyecto y a unas personas a las que se les niegan sus derechos con una causa global y hacer una narrativa sobre este aquí y allí. La posibilidad de que se enganchen nuevas personas es alta.

@Chema_Vera