La marea naranja ya esta en Galicia. Un movimiento creciente de personas relacionadas con los servicios sociales, que no estan dispuestas a seguir tolerando recortes y navajazos que cada vez más se ensañan con los más vulnerables.
Ayer se manifestaron en Madrid junto a muchos miles de personas. Le he pedido a José Antonio Ramírez, una de las personas implicadas en la Marea que nos cuente sus razones y como hacer si quieren implicarse.
Gracias Jose Antonio.
¡No dejaremos a nadie atrás!
El 15 de septiembre una marea naranja se levantó sobre sus pies y caminó por la calles de Madrid. Buscaban expresar su malestar, su hartazgo y su indignación por los recortes que los diferentes gobiernos han impuesto a los servicios sociales. Esos servicios sociales que suelen ser la concejalía o consejería del gasto, que siempre necesitan más y acaban haciendo piruetas con el esfuerzo personal de sus trabajadores y trabajadoras. Esos mismos servicios que no dan tanto lustre al responsable político de turno como un buen puente o una plaza con firma de urbanista, aunque vivan demasiadas historias y logren ayudar en algunas.
Marcharon por Madrid porque algunos sin consultar a la ciudadanía han decidido que debemos salvar el país aunque la mayoría de sus habitantes se duelan bajo el peso de los esfuerzos continuamente solicitados, dejando en la cuneta a los más vulnerables.
Durante muchos años se dijo que nadie quedaría atrás. Hasta Caja Madrid emitió un spot donde sobre este compromiso. Esa imagen y esas declaraciones están para ser recordadas.
Desgraciadamente, conforme la economía financiera se deterioraba, el bien común se transformó en el bien del sistema bancario y sus apalancamientos. El corazón de este sistema que dice ser el que más eficientemente produce y distribuye bienes y servicios, necesitaba la sangre para sí, para evitar necrosarse. Y condenamos al resto del cuerpo social al recorte o directamente a la pauperización.
John Rawls en su ya clásico libro “Teoría de la Justicia” defendía que si una persona tuviese que legislar sin conocer si una vez promulgada la ley ésta le beneficiaria o le perjudicaría, sus decisiones serían seguramente más justas. Rawls lo denominó el velo de la ignoracia, ya que el decisor desconoce si su situación final será privilegiada o no.
Me pregunto cómo proponen sus medidas los señores De Guindos, Montoro o la Señora Báñez. Si tuviesen que volver a decidir y les dijesen a los tres qué medidas tomarían sin saber si están en el grupo de los privilegiados o el del común de los mortales…¿qué sucedería?.
Seguramente los más impetuosos legislarían a favor de los privilegiados porque les parecería inconcebible caer del lado vulnerable de la sociedad. Los más prudentes elegirían unas políticas que suavizasen los esfuerzos de la ciudadanía, por aquello del “si me toca”. Por lo tanto tendremos que colegir que los ministros aludidos implementan estas políticas porque están donde están y son lo que son: no se ponen en los zapatos del ciudadano o ciudadana a la que piden repagos, la paga extra de navidad, que paguen 3 euros por calentar el táper, o un IVA excesivo para los productos de primera necesidad.
Durante mucho tiempo las primeras instituciones de ayuda social o beneficencia eran una prolongación del estado o de poderes paraestatales con el fin de disponer del control y la paz social. La Marea Naranja que se hizo oír en Madrid busca lo contrario: dar o amplificar la voz de la ciudadanía que ve sus derechos recortados y su futuro en riesgo. Marchan profesionales y ciudadanía porque los derechos se los han cercenado a ambos.
La Marea Naranja, tornada en Laranxa en Galicia, comenzó con la asistencia de un grupo de profesionales al II Foro de EAPN-Galicia. Una ponencia de José Manuel Ramírez Navarro, presidente de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. Con su camiseta naranja, nos ganó con cada argumento o dato que desentrañaba. Después de varias explicaciones documentadas sobre el descalabro sufrido en los servicios sociales por comunidades, nos dijo: “En esta situación, por favor no miréis sólo vuestro culo; así iríamos mal”.
El Colexio de Traballo Social y el de Educación Social estaban bien representados en el Foro y entre todos cambiamos impresiones de lo que habíamos oído, de lo que había ocurrido con los recortes en otras autonomías.
Así empezamos un trabajo en red: organizando y documentando información, fabricando las ya famosas camisetas naranjas, intentando implicar a organizaciones de la sociedad civil que aceptasen el reto: el Colectivo Encontro Benestar Social de Pontevedra comenzó su trabajo de difusión creando una página en Facebook específica con una línea de trabajo volcada en la Marea Naranja. Se establecieron contactos con Aragón y la Rioja, de donde se recibió aliento apoyo e información sobre acciones en la calle.
El 12 de setiembre, tres días antes de la manifestación en Madrid, el Colectivo Encontro acoge una asamblea de representantes de instituciones, ONG, Trabajadoras Sociales, Educadoras Sociales, Sicólogas, Mediadores y miembros de la Asociación Boa Vida Inclusión Activa. Estos últimos ya se habían unido al movimiento por muchas razones, aunque sobresalía una: la Marea Naranja no es sólo una movilización profesional o sectorializada: Implica a la sociedad civil y como tal, allí estaban ellas y ellos.
El resto de la historia tendremos que hacerla antes de escribirla. Sin bajar los brazos, sin dejar que nos amedrenten, con los medios de la paz y la palabra. Con muchas razones. Sumando a mas organizaciones y sobre todo personas, seguiremos de naranja/laranxa.
José Antonio Ramírez Amor
Mediador Sociocomunitario
OU O MUNDO VAI MOI RAPIDO OU EU SON MOI LENTA
¿Estámonos dando conta do que pasa na nosa sociedade e no mundo?
Unha reflexión sobre a Marea
http://encontrobenestarsocial.org/2012/10/07/marea-laranxa-o-luns-8-de-outubro/
Estoy de acuerdo contigo Toño Pontevedra tiene que despertar y ver que es una realidad que nos afecta a todos los ciudadanos