Ya ven, como mínimo 13.334.573 personas no se han enterado en España de que estamos saliendo de la crisis, creciendo económicamente y creando empleo.
El 28,6% de la población española seguía en 2015 en riesgo de pobreza o exclusión social.
1.062.084 personas más que en el 2011, el año en el que nos comprometimos, en la Estrategia Europa 2020, a que en 2020 España reduciría en 1.400.000 personas esta cifra bochornosa. En apenas cinco años 2.400.000 personas deberían salir de la pobreza si queremos cumplir. Ni aún queriendo. Y nosotros preocupados por el déficit público.
Quería darles la buena noticia de que hemos mejorado respecto al 2014 y que hay 322.658 personas menos sufriendo, pero ni eso, es una ilusión estadística. Otra colleja más que me he llevado intentando ilusionarme al leer el informe «El Estado de la Pobreza. España 2016» que hoy presenta EAPN España, la Red Europea contra la Pobreza. Un completo estudio en el que se analiza, en España y sus comunidades autónomas, el cumplimiento del objetivo de inclusión social especificado en la Estrategia Europa 2020 basado en datos oficiales del indicador AROPE (Riesgo de pobreza y exclusión social).
Como les explicaba en detalle en este pequeño diccionario, este indicador es la agregación de las personas incluidas en estos tres conceptos: Pobreza relativa (en 2015 ingresar menos de 8011 € al año, 667€ al mes), Privación o carencia material severa y Baja Intensidad laboral en el hogar.
Tú eres más pobre: Pobreza más severa. Desigualdad más extrema.
En los últimos años no sólo ha aumentado la pobreza, sino que se ha producido un empobrecimiento de la mayoría de la población española.
En el último año, han empeorado la situación de quienes peor lo están pasando, las 3.543.453 personas (el 7,6% de la población) que viven en pobreza severa o extrema, con ingresos inferiores a 4.006 € al año (333,8€ al mes). 326.000 personas más que en 2014. 726.000 más que en 2013.
Si, la desigualdad está desbocada, parece que los avariciosos aún no se han saciado. La renta del 20 % más rico de los españoles es 6,9 veces superior a la renta de 20 % más pobre. En la Unión Europea esta proporción era del 5,2 en 2014. Sólo nos superan Rumanía y Serbia.
O si lo quieren afinar más, la renta conjunta del 10% de la población con mayores ingresos es casi 14,2 veces la del 10% más pobre (en 2009 era de 10,8 veces), la misma renta que el 50% de la población.
En 2015 el índice GINI de España era de 34,6 muy por encima de la media europea de 30,9. Hasta el Banco Mundial ha asumido que el aumento de la desigualdad es un riesgo económico y social y que «la riqueza no se reparte sola»
¡Todos debemos apretarnos el cinturón! ¿Se acuerdan de este mantra? Pues hoy podemos afirmar que son los más pobres quienes han pagado y están pagando las consecuencias de la crisis.
Este gráfico es una bofetada que apenas necesita explicación. El 30% más rico de la población ingresó como mínimo un 7,5% menos de lo que ingresaba en 2009, mientras que el 30% más pobre perdió entre el 14% y el 25%.
Un aumento de la desigualdad de lo que no se libra la clase media, cada vez más menguante. Sus ingresos se han reducido entre el 9% y el 13%. Unas 800.000 personas la han abandonado entre el 2009 y el 2015.
¿Cuanta riqueza hay que acumular para empezar a distribuirla? ¡Y algunos protestaron cuando Oxfam Intermón nos llamó pringados!
Sin futuro para jóvenes, niñas y niños. Sin presente para madres solas
Es descorazonador ver como un país arruina su futuro y se ensaña con sus jóvenes. El grupo de personas entre 16 y 29 años tiene en 2015 la tasa más elevada (38,2%) de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social, dos puntos más que el año anterior. No nos extrañe que sigan gritando “No nos vamos. Nos echáis” o que denuncien el fracaso del Sistema de Garantía Juvenil.
Le siguen las niñas y niños menores de 16 años con un 33,4%. Menos que el año anterior, pero no se ilusionen, siguen sin ser una prioridad política: se debe a la reducción progresiva del tamaño de nuestros hogares y a la vuelta a sus países de origen de la población extranjera.
Una cifra que llega a un insoportable 50,1% si viven en un hogar monoparental (1 adulto con 1 o más niños dependientes) o mejor dicho monomarental, ya que la gran mayoría, en un millón y medio de familias en España, es una madre sola la que trata de sacar adelante a sus hijos.
Los mayores de 65 años ya no se libran
En el gráfico anterior se ve muy bien. Hasta este año, mientras la mayoría de la población se estaba empobreciendo, los mayores de 65 años, cuyas pensiones prácticamente no se han modificado desde el 2009, veían reducir su riesgo de pobreza y exclusión casi a la mitad.
Hasta ahora. Dejarse la piel por sus hijos y nietos comienza a pasar factura, sobre todo a las mujeres, con pensiones más bajas y que llegan a su jubilación con la carga de la brecha en los salarios o carreras más cortas y discontinuas.
Un dato que quizá les sorprenda como a mi: de las más de 9,3 millones de pensiones que se distribuyen en España, la mitad no superan el umbral de la pobreza (667€ al mes): el 40% de las pensiones de jubilación y el 69% de las de viudedad. Y en Galicia nada menos que el 62,9%
No se confundan. No existe la pobreza de aquí o de allá
El 63,9% de la población inmigrante africana o latinoamericana está en riesgo de pobreza y exclusión, el 40,2% si proceden de otro país de la Unión Europea. Y esto después de que 1.021.843 personas, mucho más pobres aún, se hayan marchado desde el 2011 a sus países de origen. Este dato tiene un perverso efecto estadístico: como se marchan los más pobres, el resto aparentemente lo son menos.
No se dejen enredar. Triste futuro nos espera sin la riqueza que traen las personas migrantes (si, riqueza, compruébenlo convirtiéndose en agentes antirumores y prejuicios)
Menos privaciones. Menos frío
Respiremos un poco. La única buena noticia del informe es que son menos las personas en privación o carencia material severa. En 2015 afectaba al 6,4% de la población frente al 7,1% del año anterior. Con mucha prudencia y aún lejos del 3,5% del 2007, pero parece que aunque con medidas dispersas, puntuales y descoordinadas algo se van notando un cierto mayor esfuerzo en diversos ayuntamientos y comunidades autónomas.
Aún así, el 11% de las personas tiene retrasos en el pago de gastos relacionados con su vivienda habitual y el 10,6% no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (es decir sufren pobreza energética) casi un 33% más que en el 2013. Caray con el capitalismo de amiguetes.
Más empleo en cada hogar. Pero tener trabajo ya no garantiza salir de la pobreza
El desempleo es la mayor fábrica de pobreza y exclusión. Por eso es una buena noticia que se esté reduciendo el desempleo y por tanto también la población que vive en hogares con baja intensidad de empleo (donde casi nadie lo tiene). Lo destacable es que esta es mucho más lenta de lo que debería.¿Por qué?
Aparte de las fracasadas y despilfarradoras políticas de empleo en nuestro país. Tener trabajo ya no es suficiente para garantizar salir de la pobreza ni tener una vida digna. “Si el empleo no es digno, no es empleo sino esclavitud” nos cuentan algunos de los 1,4 millones de los «pobres con empleo», trabajadores por cuenta ajena con una retribución anual de menos de 5.000 euros al año.
La pobreza laboral parece que ha llegado para quedarse. A pesar del descenso de las cifras de paro, en 2015 había un 14,8% de trabajadores en situación de pobreza (un 14,2% en 2014, 11,7% en 2013).
Detrás de estos datos, la reducción de salarios, el aumento brutal de la precariedad laboral (Uno de cada cuatro nuevos contratos dura siete días o menos) o el 15,7% de trabajadores a jornada parcial (1,74 millones de españoles trabajan por horas al no poder encontrar nada mejor): ¡8,1% en hombres y 24,8% en mujeres!.
Nos lo explican de maravilla en este vídeo de una campaña imprescindible de la Fundación Foessa.
Y con un matiz importante: A mayor nivel formativo, menor tasa de pobreza. Un 24,8% para quienes han estudiado sólo Primaria, 20,3% de quienes han terminado Secundaria frente al 9,8% de quienes tienen una educación superior.
Un país desestructurado. Desigualdad brutal entre Comunidades Autónomas.
Si nos atrevemos a comparar los datos de pobreza y exclusión entre las diferentes Comunidades autónomas, España no merece llamarse país. Como mucho y como justificaba con ironía hace unos meses, una “Confederación Española de Derechos Sociales Autónomos” La tasa de pobreza y/o exclusión social varía entre el 13% de Navarra y el 43,2% de Andalucía.
En el último año han mejorado Cantabria, Aragón, Murcia, Ceuta, Extremadura, Castilla y León y Navarra. Por el contrario en Madrid, Galicia, La Rioja, Baleares y País Vasco no tienen razones para alegrarse. Comprueben en este gráfico si a su CCAA le ha tocado el gordo o la pedrea en esta indigna lotería social. Si tienen interés, el Instituto Nacional de Estadística tiene un interesante buscador y comparador de datos.
¿Y si su comunidad autónoma se independiza?
En las CCAA con más pobreza y exclusión se suele escuchar a responsables políticos mediocres que las cifras no son reales porque tienen en cuenta el umbral de pobreza nacional y no el de su comunidad. Es decir, «tengamos en cuenta sólo la riqueza de mi comunidad para no compararnos injustamente con otras más ricas«.
El informe afronta esta trampa al solitario y las conclusiones no dejan indiferente: A Andalucía, Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Canarias o la Comunidad Valenciana les compensaría autodeterminarse. A Cataluña, País Vasco o Navarra no podrían presumir tanto si lo hicieran. No me resisto a comentar que en Galicia nos da lo mismo estar que no, ese no es el problema.
Conviene recordar que la Constitución española establece la igualdad de derechos de todos sus habitantes, con independencia de donde residan.
La práctica totalidad de las organizaciones no lucrativas integradas en la Plataforma del Tercer Sector no cesan de reclamar medidas como una reforma constitucional formule los derechos sociales, culturales y económicos como derechos fundamentales o una Ley Estatal de Garantía de los Derechos Sociales, que asegure unas prestaciones iguales para toda la ciudadanía, con independencia del territorio en que se resida.
13.334.573 personas. ¿Tantas?… Pues son muchas más
Aunque les sorprendan los datos, el informe es muy conservador, ya que las estadísticas oficiales calculan a la baja las situaciones de pobreza o exclusión: no incluyen a personas sin hogar, no se considera a las personas sin ingresos por trabajo entre 60 a 65 años, se discrimina a los hogares con hijos (por ejemplo, una familia de 4 personas con unos ingresos de 1500 euros al mes se considera en pobreza si son 3 adultos y un niño, pero no si son 3 menores y un adulto)
Otro factor o trampa estadística es la llamada pobreza oculta. En 2009 se consideraba pobre a todas aquellas personas que vivían en hogares con ingresos inferiores a 8877€ al año (740€ al mes). Desde entonces y como la mayoría nos hemos empobrecido, en 2015 una persona se considera pobre si percibía menos de 8011€ anuales (633€ al mes). Es decir, todas aquellas personas cuyos ingresos están entre 633 y 740 € mensuales han dejado técnicamente de ser pobres sin haber mejorado sus condiciones de vida.
Siéntense. Si tomamos el umbral de pobreza que había en 2009 (la llamada pobreza anclada), en vez del 22,1% de personas en pobreza en 2015 estaríamos hablando del 30,4%, casi cuatro millones de personas más.
Conviene recordar que en los años gloriosos de la burbuja inmobiliaria, cuando más crecía nuestro PIB, apenas se redujo la tasa de pobreza. No hace falta esperar a ver si este crecimiento actual se mantiene para impulsar por fin una política social y redistributiva ambiciosa y coordinada entre administraciones públicas.
Exijamos que los primeros en sufrir la crisis, no sean los últimos en salir.
Xa o Dixo Valle Incán e Dalí; o surrealismo é a forma de describir o país este do carallo.
Más de 3,5 millones de mayores de 65 años viven con menos de 750 euros al mes.
El 70% dede las personas mayores de 65 años en España, tienen como única fuente de ingresos su pensión pública,cuya media es de 906 euros al mes, según el estudio La revolución de la longevidad y su influencia en las necesidades de financiación de los mayores.
http://www.deia.com/2016/10/20/economia/mas-de-35-millones-de-mayores-de-65-anos-viven-con-menos-de-750-euros-al-mes
Interesante artículo para que nuestros políticos tomen nota sobre nuestro sistema de desigualdades y nuestra fallidas políticas de inclusión social
Gracias, Pilar. Muy oportuno lo de «nuestro sistema de desigualdades». Y más hoy que en los periódicos ya sale sin pudor la presunta necesidade de recorte de las pensiones, lo poco que funciona medianamente bien. Ojalá sigamos peleando para que tomen nota
Y aquí teneis un resumen de 2 minutos entrevistando a una experta como Gaby Jorquera
http://euroefe.euractiv.es/1314_videos/4104424_espana-no-deberia-permitir-tener-tanta-poblacion-en-riesgo-de-exclusion-considera-gabriela-jorquera.html
«A diferencia del Gobierno, la pobreza no está en funciones en España: gobierna las vidas de 13.334.573 personas (28,6% de la población). Mientras el debate social y político gira sobre otros derroteros: de la gestora del PSOE al corte de mangas de Piqué, la situación de más de una cuarta parte de la población pende de un hilo. Un hilo tan fino que permanece invisible para la la opinión pública. Una mayoría silenciosa permanece en la cuneta de la indiferencia. La agenda política siempre establece otras prioridades, ajenas a mejorar la calidad de vida de la población más vulnerable. Ya dijimos en otras ocasiones que la pobreza nunca está en crisis… »
La pobreza no está en funciones. Un artículo imprescindible de Jonás Candalija
https://pobrezacero.wordpress.com/2016/10/13/la-pobreza-no-esta-en-funciones/
grazas pola claridade e o resumo
O informe paga a pena, así que merece o esforzo de simplificalo. Tes mais información sobre o mesmo na web de EAPN España http://www.eapn.es/estadodepobreza/index.php