La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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«Puede que no sepan lo que quieren, pero están empezando a conseguirlo«.

Con estas palabras el semanario The Economist definía con una cierta ironía a este movimiento de indignación, definiendo a sus miembros, como «los más serios de Europa».

Cuando escribo esto, están llegando a Madrid las marchas que han recorrido toda España reinvindicando un cambio político y social que ponga a las personas y no al dinero en el primer lugar de la agenda política y financiera. En los medios de comunicación que habitualmente leemos, vemos u oimos no ha salido mucho, pero les puedo asegurar que en las redes sociales, el medio de comunicación que mayoritariamente utilizan los menores de 30 años si se ha hecho.

Como ya conocen mi opinión y no quiero ser repetitivo, le he pedido otro punto de vista a Esperanza Morales.

A Esperanza la admiro por su esfuerzo, constancia y paciencia como voluntaria de Intermon Oxfam desde hace muchos años, pero también por su trabajo como Profesora Titular de Lingüística General en la Universidad de A Coruña, experta en comunicación desde medios, organizaciones sociales, empresas e instituciones y escritora de recomendables publicaciones sobre comunicación, empresa y política.

Gracias, Esperanza

Discursos nuevos para el cambio social

Mucho se ha hablado en estos dos últimos meses del movimiento del 15M y del “aire fresco” que ha incorporado al debate político de nuestro país. Obviamente, también hemos oído grandes críticas, sobre todo por parte de quienes se sienten cómodos con el liberalismo y con la economía de libre mercado. En una popular tertulia nocturna de radio, dedicada a la economía, se hablaba de “esos ingenuos idealistas del 15M”, pero curiosamente allí nunca he oído hablar de pobreza y de exclusión social.

Otro de los aspectos interesantes del 15M, sobre todo para los que nos dedicamos al estudio de la comunicación, ha sido la creatividad de sus discursos. En la convocatoria de la manifestación del 19J, me encontraba por casualidad en Barcelona y me uní al evento desde el mismo origen de la protesta, la plaza de Cataluña. Allí se juntaban los grupos que iban llegando y enseguida empezamos a notar que lo que nos estaba llamando más la atención a todos era leer los carteles que cada grupo había preparado o bien los que a título individual habían escrito las personas que los portaban. Otros, en lugar de eslóganes, habían ensayado una canción popular con letra reivindicativa y, al final, el resto acababa cantándola también. Esta creatividad la hemos visto asimismo en el resto de las diferentes acampadas de nuestras ciudades y ahora están colgadas en la red para disfrute de todos.

¿Qué relación tiene esta creatividad con el cambio social y político, la verdadera reivindicación de esta movilización ciudadana?

Diariamente, escuchamos muchas intervenciones políticas, pero nuestra percepción es que son discursos que remiten a realidades en proceso de caducidad. Por el contrario, la impresión que hemos tenido gran parte de la ciudadanía es que los mensajes del 15M han creado algo distinto. Nos han desvelado perspectivas diferentes de interpretar la realidad económica y política de los últimos años y nos proponen, en su lugar, otra forma de ver la economía y otra forma de hacer política, en el sentido de construcciones del mundo o imaginarios nuevos. Estas realidades aún no están materializadas en nuestra vida cotidiana, pero nos gustaría que así fuese; por ello nos han despertado la ilusión para ponernos a trabajar en ello. Además, otro aspecto fundamental es que no solamente han animado a los ciudadanos adultos, sino a muchos jóvenes que parecían muy poco preocupados por la política y la construcción social.

Los cambios socio-políticos pueden producirse por motivos diferentes, pero uno de ellos se encuentra en la posibilidad de que unos determinados mensajes (o acciones simbólicas), surgidos en situaciones y contextos especialmente críticos, tengan la capacidad real para provocar cambios en nuestra manera de actuar. Este es el proceso en el que estamos inmersos en este momento. El siguiente paso, tras el descanso del verano, ya no lo puede dar solo el grupo de los indignados; necesita el apoyo y el entusiasmo del resto de la ciudadanía.

Esperanza Morales López