La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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«¡No te juntes con ellos no te vayan a hacer algo!»  Dicen en el vídeo del final.

¿Así vemos a la comunidad gitana?

No se ustedes, pero yo no sería honesto si les dijera que no tengo ninguna duda a la hora de responder a esta pregunta.

Desde que empecé a trabajar como voluntario, he escuchado todo tipo de opiniones, prejuicios y argumentos negativos; muchos de expertos o responsables de organizaciones sociales. Y en estos últimos años en que viajo a menudo a Valladolid he comprobado, y me cabrea que me acusen de «buenismo» cuando intento contradecirlo, la elevada desconfianza que se tiene a esta comunidad en múltiples historias:  capacidad innata para el engaño y el delito menor, victimismo, favoritismo de administraciones públicas, incapacidad para asumir créditos bancarios…

El 8 de abril se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Pueblo Gitano (International Roma Day) y esta fecha coincide con la emisión de un programa de televisión, Palabra de gitano, infectado de discriminación, falsedades y mal periodismo.

Gracias a muchos profesionales de la Fundación Secretariado Gitano  he tenido la suerte de comprobar la mentira de muchos prejuicios y el éxito de inclusión social de la comunidad gitana en los últimos 30 años.  En otro artículo, una de ellas, Irene Jiménez Cortiñas, nos cuenta su historia. Y ahora les dejo con las reflexiones como periodista de otra, Romana Pérez de Lis, una colaboradora habitual de este blog.

Gracias por sus opiniones. Gracias de nuevo, Romana.

 

MINORÍAS ÉTNICAS, DISCRIMINACIÓN Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La alarmante propagación de comentarios racistas en redes sociales y medios de comunicación nos muestra una situación preocupante que debiera impulsarnos a una reflexión crítica y realista, como periodistas, técnicos de entidades sociales o simplemente como ciudadanos.

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El trabajo del periodista es explicar las cosas, no ser cómplices de la proliferación de comportamientos xenófobos. A pesar de que la objetividad ideal es imposible, el periodista debe informarse, contextualizar, consultar fuentes y en ningún caso colaborar con la destrucción de algunos de los avances producidos en los últimos años hacia una sociedad más igualitaria. Resulta llamativo que el mayor índice de discriminación sufrida por la etnia gitana se origine en los medios de comunicación (32%) según un estudio de la Fundación Secretariado Gitano.

Nombrar la etnia, sobre todo en noticias de sucesos, no aporta nada a la comprensión de la noticia, en cambio sí es determinante a la hora de reforzar estereotipos negativos. Además, la identificación de una persona como gitana realizada por el periodista, no está recogida en el DNI y ni siquiera debe aparecer en los atestados de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

¿En qué se basa entonces? En un Estado de Derecho, la ciudadanía conlleva una serie de derechos, también de obligaciones que no pueden ser obviadas, sea cuál sea el origen. En la situación actual, en la que la efectiva igualdad de todos ante la ley parece estar más cuestionada que nunca, debemos velar por ella, y denunciar aquellas situaciones en las que no se respete.

En un círculo perverso, la pobreza conlleva a la exclusión, ésta a la pobreza y al final, la persona queda al margen de la sociedad. Su inserción es un proceso lento que requiere tiempo y esfuerzo y una transformación individual y colectiva.

En la mayoría de los casos que aparecen en los medios, no hay un problema de delincuencia, sino de pobreza y, erróneamente, se le acaba dando más importancia a las actuaciones policiales que a las sociales. Por la coyuntura económica y social, cada vez más personas se ven dentro de este círculo, sean gitanas o payas, y por ello, debemos relacionar con responsabilidad causas y efectos de la realidad que queremos contar.

El empleo nos hace iguales (clic para enlace)

Debido a la discriminación sufrida a lo largo de los años, las familias gitanas tienden a ejercer un alto grado de auto reafirmación, de modo que todo lo que sea desconocido les resulta peligroso. Pero por otro lado, superar barreras propias y ajenas será la clave para qué las personas gitanas acudan a los espacios públicos ejerciendo un papel activo. Hay todavía muchos retos por delante: la mayoría de los adultos de etnia gitana han abandonado los estudios y carece de preparación, el desempleo es muy superior a la media, mayor incidencia del abandono escolar, escasa presencia en niveles formativos superiores, aún hay infraviviendas…

La comunidad gitana es muy heterogénea, igual que otras minorías. Es necesaria la difusión de una imagen diversa y evolucionada de la comunidad gitana, y no por ser benevolentes, sino por ser rigurosos.

Hay una realidad invisible en la que se mueve la gran mayoría de la comunidad gitana, y sólo tenemos que atender a unas cifras hablan que por sí solas: el 94% de niños y niñas están escolarizados en la etapa primaria a pesar de que hace 30 años era muy difícil pensar que los niños gitanos fuesen a la escuela, sólo un 4% de las familias gitanas vive en chabolas, el tráfico de drogas sólo aparece en el 15% de los poblados gallegos y sólo en un 7% hay delincuencia…

La evolución y desarrollo no debe pasar por una pérdida de la identidad cultural gitana, ya que esto repercutiría negativamente en la autoestima y el autoconcepto y además, supone una pérdida de la riqueza que proporciona la multiculturalidad al conjunto de la sociedad. Así que como periodistas, técnicos de entidades sociales o simplemente como ciudadanos, debemos asumir nuestra responsabilidad como agentes del cambio social e informarnos y reflexionar, creando opinión al margen de prejuicios.

Romana Pérez de Lis