La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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Hace unas semanas levanté una cierta polvareda al escribir sobre la “parálisis solidaria”, la crisis de liderazgo que observo en muchas organizaciones no lucrativas. Acababa diciendo que podíamos seguir maldiciendo la oscuridad pero sobre todo debíamos encender velas.

Desde entonces, aparte del debate y de la oportunidad de conocer a personas comprometidas con la mejora de este sector, descubrí algunas luces más que me hacen abrigar un cierto optimismo. Paradójicamente,  la mayor satisfacción la he tenido participando en Valencia en el Foro Internacional para la Innovación Social, organizado gracias a profesionales y voluntarios de Jovesolides , una entidad dedicada a promover el desarrollo comunitario a través de jóvenes líderes.

Paradójico porque al tiempo que se agravó mi impresión de parálisis en muchas entidades, cabreadas pero resignadas cual lemmings ante un futuro aparentemente inexorable, pude descubrir una infinidad de propuestas innovadoras: emprendimiento social, economía del bien común, comunicación, crowdfunding, participación ciudadana, responsabilidad social… Ya se las iré presentando en primavera para alterarles la sangre un poco.

Con buen criterio, en el Foro nos prohibieron utilizar la palabra crisis. Entre esto y que lo del suicido de los lemmings es un mito, me atrevo a proponer algunas perogrulladas para salir de la parálisis solidaria, por si le sirven. Me disculparán el tono insolente en algún momento, pero ya me conocen, es una insolencia optimista y desde el cariño.

Lo que importa son la causa y las personas (para, por y con las que trabajamos), no la marca de mi organización (que puede que sobre e igual hasta estorba).

O dicho de otra forma, las ONG son un medio, no un fin en si mismo.

Y es que con decir que somos los buenos o que lo hacemos mejor ya no basta. Hay que creer en lo que hacemos y demostrarlo con calidad y objetividad.

¿Nos creemos tod@s la misión y valores de nuestro Plan Estratégico? ¿Si? Pues no hay excusa para que cada trabajador o voluntario haga este año un mínimo de 20 nuevos socios. Pídaselo, pídaselo, o sugiéralo para que no haya que hacer el ERE…

Porque las personas SI tienen sus causas y se mueven por ellas y no por los logos. Y son desconfiadas. Buenas noticias:  se acabó la cobardía de decir que ONG o voluntarios somos apolíticos.

Hay que mojarse y aceptar el desafío de politizar: ¿luchamos contra las consecuencias o contra las causas? ¿inclusión o asistencialismo?¿apadrinar o empoderar? ¿pena o justicia? ¿Repolitizar la cooperación? ¿Qué opinan de estas fotos en su ONG?.

No hay futuro solos. La otra señal de la cruz

Fortalezca su cuello mirando de arriba a abajo y a los lados. Crear red: ¿Para que sirve su ONG? ¿Qué sabe hacer mejor? ¿Qué puede hacer mejor con otros? ¿Qué hacen mejor otras ONG?

Insistir en mantener numantinamente todas las áreas o servicios que teníamos antes de la crisis era y es un despilfarro de fondos públicos o del dinero de sus donantes.

Haga testamento (o imagine posibilidades al menos)

Póngase en lo peor: Si su ONG tuviera que cerrar: ¿quién podría seguir con su labor? ¿Cuál atendería mejor a sus participantes-que no usuarios-?

Aunque por ahora no se atreva, es sano ir pensando con quien se podría fusionar, absorber o ser absorbido, colaborar, crear una alianza, especializarse…

Antes de hablar de complicadas fusiones (de ahí mi admiración por los valientes que escuchan y crean por ejemplo Alianza por la Solidaridad, el Grupo de Convergencia Asociativa o el Vives Proyecto),  hay muchas opciones de colaboración posibles con las que ahorrar costes: especializar servicios, compartir (local, areas, personal, funciones, clientes, actividades, gastos, etc), crear una central de compras, externalizar,presentar proyectos conjunto… Y en todo caso si al final cierra, hacerlo con orden es el mejor servicio que le puede hacer a las personas para las que dice trabajar

No se limite a su gremio. Es uno más

Discapacidad con discapacidad, desarrollo con desarrollo, inmigrantes con inmigrantes, jóvenes con jóvenes, progres con progres, ONG con ONG, empresas con empresas, católicos con católicos… uf.

Lo de cada oveja con su pareja empobrece y no es lo que ocurre en este mundo de sanas mezclas. Convertirse en entidades promotoras del cambio social, como propone la interesante iniciativa Smart CSOS, empieza dando pequeños pasos basados en valores comunes: compartir areas (orientación laboral, incidencia, etc), el informe sobre crisis y desigualdad, el impulso de un laboratorio/aldea social en Galicia con más de 30 entidades implicadas (colegios profesionales, ONG de todo tipo, oficinas de voluntariado, banca ética, economía social…), la marea naranja, software libre …

(Si, ahora ya saben porque a veces me llaman el «Trotaconventos» o por qué se burlan cuando utilizo la palabra sinergia…)

Apostar por las federaciones

Impulsarlas implica optimizar drásticamente gastos, centrándose las entidades miembro en el trabajo directo con las personas y la federación en los gastos de estructura. Y mejor liderarlo entre sus entidades que se lo «sugieran» sus financiadores. Un par de preguntas inquietantes: ¿tiene sentido que una administración autonómica siga dispersándose apoyando proyectos locales en vez de apostar por los de ámbito autonómico?. Si una federación está formada por 15 ONG, ¿tiene que tener cada una de ellas su gerente, contable, informática… o llega con uno y lo que nos ahorramos lo dedicamos a impulsar nuestra causa?

Apostar por las Coordinadoras. Si sirven…

Contrariamente a lo que la miopía dicta, pagar una cuota es una inversión, no un gasto. En pocos sitios como en las coordinadoras, además de su natural función de incidencia política o defensa de los intereses de su sector,  sus profesionales tienen una visión tan completa del mismo, de las posibilidades de colaboración, de ahorro de costes, de obtener sinergias a todos los niveles (estatal, autonómico, local…)

Pero como inversión que es, debe exigirse su retorno, participando activamente y con generosidad en sus actuaciones. Mi experiencia  es que es rentable hacerlo: en visibilidad de la causa y de mi organización, incidencia política, ahorro de costes…

Y si cree que no sirve estar por estar o irse sin más no es honesto. Antes de hacerlo convoque una asamblea y plantee su disolución.

“Todo poder implica una responsabilidad”

Se lo decía su tío, o no,  a Spiderman. En España, a las superheroínas de la acción social les gusta llamarse también “entidades singulares “ y como tal reclaman un espacio destacado en iniciativas ilusionantes como la Plataforma del Tercer Sector:  Caritas, Cruz Roja y la ONCE.

Pues eso… y no sólo en Madrid. ¿O harán como las grandes ONGD y la cooperación descentralizada?

Seguirá. Ahora les dejo con Victor, Pamela, Lorena, Antonio… sus causas valen la pena.

 

@xosecuns

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