Sería un ejercicio de cinismo que un blog dedicado a la lucha contra la pobreza y la exclusión se limitara a hablar de solidaridad o buen rollo y no dijera nada de riqueza, desigualdad, fraude fiscal o corrupción.
No lo duden: Hay dinero, y de sobra, para educación, sanidad, rentas mínimas, dependencia, pensiones o ayuda al desarrollo.
Hay buenas noticias. Bajo el lema #JusticiaFiscalYa Centenares de ONG de acción social o de cooperación, sindicatos, asociaciones de consumidores, colegios de Trabajo Social, el Sindicato de Técnicos de Hacienda o organizaciones cristianas de base, forman la Plataforma por la Justicia Fiscal.
Cuando hace unos días intentaba demostrarles que sirve de algo luchar por los derechos humanos y contra la pobreza, les ponía entre otros ejemplos de éxito, el enorme, y reconocido internacionalmente, avance en derechos y desarrollo que la comunidad gitana ha tenido en los últimos 30 años.
No deja de sorprenderme ver a personas de indudable rigor personal y profesional someterse a la implacable ley del cuñadismo y opinar negativamente y con todo lujo de generalizaciones sobre más de un millón de españolas y españoles y olvidándose de paso de la presunción de inocencia. Para todas ellas les recomiendo leer Payo Today, se reirán un rato (ojalá que de sí mismas).
La verdad es demoledora. Y nuestro principal problema empeora.
Dinero llama a dinero y la riqueza en el mundo cada vez se concentra más rápido. Tan sólo 8 hombres poseen ya la misma riqueza que 3.600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad.
Que la desigualdad (en la riqueza o en la renta) está avanzando en el mundo, no sólo lo dice Oxfam en su informe Una economía para el 99%. El crecimiento económico tan sólo está beneficiando a los que más tienen, explica el economista Branko Milanovic en el informe de la consultora PwC para el reciente Foro de Davos: «los mayores beneficios de la globalización han ido a parar a una pequeña élite, cada vez más rica, en los países industrializados y a la clase media asiática, mientras que los ciudadanos de rentas bajas en los países desarrollados han sido sus grandes … Seguir leyendo
Si se dedica como profesional o voluntaria a la lucha contra la pobreza, la exclusión social o por los derechos humanos.
Si le interesan y quiere cambiar las políticas sociales o de empleo desde su ONG, administración pública, colegio profesional…
Si no quiere que sigan abusando de su buena fe para recoger tapones o alimentos toda la vida mientras los responsables políticos huyen de su responsabilidad y consienten que se humille a las personas que necesitan derechos y no limosnas.
Si quiere que al lado de Unión Europea esté también la palabra «social» y no sólo «económica» o «monetaria».
Oxfam Intermon, una de las oenegé de referencia en nuestro país cumple 60 años de lucha contra la pobreza. Y no celebra su aniversario ensimismada, sino asumiendo con valentía y junto al resto de organizaciones que forman Oxfam Internacional, el riesgo de ser coherente y luchar contra la desigualdad y sus causas no sólo en Africa o América Latina sino también en España.