Así acababa “Tranquilidad: Sólo son personas muriendo“, un artículo escrito hace un año, cuando se hizo evidente la tragedia de miles de personas huyendo del horror sirio y una explosión de solidaridad sacudió pueblos y ciudades españolas ante la imagen del cadáver de Aylan Kurdi. Desde entonces más de 400 niños y niñas han muerto ahogados en el Egeo. El propio Aylan, de haber sobrevivido, hoy sería deportado a Turquía.
A la mayoría nos preocupa que en la actualidad, más de 60 millones de personas estén obligadas a abandonar sus hogares en el mundo, convirtiéndose en desplazadas internas o refugiadas, la cifra más elevada desde la Segunda Guerra Mundial. Son múltiples las iniciativas que cualquiera de nosotros puede hacer, con sensatez, por las personas refugiadas.
Cualquier actuación solidaria requiere tener información previa, independiente, objetiva y sin prejuicios… Seguir leyendo
Dicen que a los españoles nos dan igual los refugiados. Es mentira.
Como en otras muchas ocasiones, ante el sufrimiento ajeno, miles de personas están dando una vez más una lección de solidaridad. Lo comprobé por primera vez tras el genocidio en Ruanda o con el huracán Mitch en Centroamerica. Está demostrado que mientras una tragedia humanitaria sale en medios de comunicación, la sociedad española responde.
Pero lamentablemente estas explosiones de solidaridad tienen dos problemas: que suelen desaparecer cuando dejan de ser noticia (y cuando más ayuda necesitan quienes sufren) y que se actúa desde la emoción y la urgencia. Hay que ayudar ya, como sea, sin pararse a pensar en las causas del problema ni en asegurar que se hace de la mejor forma posible. Con el argumento de «lo importante es hacer» se han desperdiciado y se desperdician millones de euros.
Ricos más ricos, pobres más pobres, recortes presupuestarios, gobiernos que cuelgan el cartel de ‘no hay dinero’ y cada vez mayor desigualdad económica. Entre 2007 y 2014, la desigualdad ha explotado en España, sólo en Chipre creció más.
¿Inevitable? En absoluto. La desigualdad extrema y la corrupción son evitables. Es una cuestión de prioridades y de voluntad política.
A continuación les doy mis razones para hacerlo. Si están de acuerdo con ellas les agradezco su firma pero sobre todo que la hagan suya y la difundan, que den voz o imagen a las millones de personas a las que en este país se les sigue negando su derecho a una vida digna. No nos resignemos.
170 millones de euros
Este es el coste que, como mínimo, tendría convocar unas nuevas elecciones. 130 millones para gastos de logística, correos o telecomunicaciones y otros 40 millones para sufragar los gastos que los partidos tengan en una nueva campaña electoral.
¿Barcos españoles para violar derechos humanos en Yemen? No en nuestro nombre
Soy una de las 14.430 personas que ya han firmado esta petición de Amnistía Internacional dirigida a la Secretaría de Estado de Comercio, o de las más de 25.000 que lo hicieron hace un año al presidente de Navantia y a Mariano Rajoy para que cumplan la legislación vigente e impidan la venta de cinco corbetas a Arabia Saudí, por el riesgo claro de que se usen para cometer violaciones graves del derecho internacional como ataques indiscriminados a civiles o mantener el bloque naval saudí de Yemen que ha agravado la catástrofe humanitaria en ese país.
Conviene recordar antes de seguir que no estamos hablando del principio de este vídeo, sino sobre todo de su final.
Parece que cumplir la ley o evitar que se cometan atrocidades con estas fragatas es secundario ante los 3.000 … Seguir leyendo
Bastaría esta cifra para justificar el nacimiento de la Campaña Ropa Limpia, una ampliared internacional de ONGs, sindicatos y organizaciones de personas consumidoras que desde hace casi 25 años lucha para mejorar las condiciones laborales en la industria textil y de material deportivo. Tanta constancia y esfuerzo han tenido mucho éxito, si bien queda mucho para que las largas jornadas laborales, los salarios de miseria o las condiciones de trabajo peligrosas no sigan siendo una realidad que existe detrás de mucha de la ropa que compramos.
Unido a la denuncia y a la incidencia política y social, por todo el mundo han nacido empresas que fabrican y venden moda sin explotación laboral y respetando el medio ambiente. En la Guía para vestir sin trabajo esclavo les cuentan algunas, pero en Galicia han dado un paso más: 17 emprendedores sociales con el impulso de Amarante Setem (responsables … Seguir leyendo