Sería un ejercicio de cinismo que un blog dedicado a la lucha contra la pobreza y la exclusión se limitara a hablar de solidaridad o buen rollo y no dijera nada de riqueza, desigualdad, fraude fiscal o corrupción.
No lo duden: Hay dinero, y de sobra, para educación, sanidad, rentas mínimas, dependencia, pensiones o ayuda al desarrollo.
Hay buenas noticias. Bajo el lema #JusticiaFiscalYa Centenares de ONG de acción social o de cooperación, sindicatos, asociaciones de consumidores, colegios de Trabajo Social, el Sindicato de Técnicos de Hacienda o organizaciones cristianas de base, forman la Plataforma por la Justicia Fiscal.
El 3 de abril será el Día de Acción Global contra los Paraísos Fiscales y con la etiqueta #FueraParaísosFiscales se organizan actos por toda España, incluyendo el dialogo ¿Que hacemos con los paraísos fiscales? en el Congreso de los diputados.
Nos lo explica Jonás Candalija, periodista especializado en información internacional y países del sur y miembro de la Plataforma por la Justicia Fiscal.
¡Gracias Jonás!
Vacaciones pagadas en la guarida del lobo fiscal
La Semana de Acción Global contra los Paraísos Fiscales (del 1 al 7 de abril) es la ocasión ideal para empezar a llamar a las cosas por su nombre. No podemos andar con eufemismos cuando lo que denunciamos es un robo a la ciudadanía.
Cambiar el lenguaje es un primer paso para cambiar la realidad.
No existen los paraísos fiscales. Son un producto de la planificación fiscal de las grandes fortunas y transnacionales. Existen guaridas de depredadores de derechos sociales y económicos, en las que se esconden y blanquean fondos y capitales. Un robo perpetrado por ricos, poderosos y empresas multinacionales que repercute en toda la sociedad, en especial sobre las personas más vulnerables. Sólo los países en desarrollo pierden 100.000 millones al año por el papel de estas guaridas fiscales.
No existe la ingeniería fiscal. Existen complejos entramados legales y societarios diseñados para evadir o eludir impuestos.
Según Oxfam Intermon, el dinero oculto en guaridas offshore en 2015 fue de 7,6 billones de dólares, una suma mayor que el PIB de Reino Unido y Alemania juntos, lo que supone una pérdida de ingresos fiscales de unos 190.000 millones de dólares al año. Sólo entre 2010 y 2012, las principales multinacionales estadounidenses trasladaron entre 500.000 y 700.000 millones de dólares hacia estos lugares. En las islas Bermudas, por ejemplo, declararon 80.000 millones de dólares de beneficios, más del que declararon en China, Japón, Alemania y Francia juntas.
En España, las empresas del IBEX 35 tienen 891 filiales en guaridas fiscales. De ellas, BBVA, Santander (junto a otros 18 bancos europeos) ganaron 25.000 millones de euros en estos lugares en 2015, lo que representa el 26% de los beneficios obtenidos por los 20 principales bancos europeos (Informe Bancos en el exilio)
¿Se imagina unas vacaciones pagadas en uno de estos supuestos paraísos?
En este contexto de exorbitantes cifras de beneficios, imaginémoslo por un momento…
¿Qué le parece un apartamento offshore exclusivo para sus impuestos en primera línea de playa con vistas a 13.334.573 personas en riesgo de pobreza o exclusión social (sólo en España) que navegan a la deriva en el mar de desigualdad?
¿Qué le parece un billete en vuelo privado aderezado por un Veuve de Clicquot servido por personal contratado en precario y pagado por miles de potenciales perceptores de rentas mínimas, que no las reciben por falta de un Sistema Estatal que les garantice una vida digna?
¿Le abanicamos un poco para evitar el sofoco que produce la reducción de los fondos destinados a cumplir con la Ley de Dependencia?
¿Qué le parece un cóctel financiero mientras las inversiones públicas en sanidad, educación, investigación, etc. se escapan por el retrete offshore?
No se engañe, son vacaciones pagadas por los impuestos que no pagan, que no son suyos, sino de la ciudadanía.
Un Estado moderno debe velar por establecer un sistema fiscal justo, progresivo y suficiente, para a partir de ahí desarrollar una política fiscal que corrija los desequilibrios y desigualdades sociales. No se puede hablar de gasto público, sino de inversión pública, no solamente en infraestructura, también en las personas, en la atención de sus necesidades y en la defensa de sus derechos.
La cohesión social debe sustentarse sobre la base de políticas redistributivas de la riqueza. Este debe ser el objetivo prioritario de un Estado.
Desde la Plataforma por la Justicia Fiscal exigimos una definición exigente de paraísos fiscales en la legislación española, que además de los principios de falta de cooperación fiscal y de baja o nula tributación, se incluyan criterios referentes a las ventajas fiscales para los no residentes y la falta de transparencia sobre quiénes son titulares reales de las empresas, cuentas, trusts, etc., así como el establecimiento de sanciones por su uso abusivo y de otras medidas como la exclusión de la contratación pública a empresas que estén radicadas o cuenten con amplia presencia en paraísos fiscales sin actividad económica real que lo justifique, penalizando a las más responsables fiscalmente.
El próximo 3 de abril, Día de Acción Global contra los Paraísos Fiscales (aniversario de la publicación de los papeles de Panamá), tenemos oportunidad de exigir a nuestros representantes políticos soluciones políticas y legislativas al problema.
La concentración de riqueza extrema en España continúa creciendo, y el 1% más rico de la población concentra tanta riqueza como el 80% más pobre. La crisis no ha hecho más que agravar esta tendencia, y el diseño tributario no contribuye a corregirla.
Si nos preguntan: ¿Qué hacemos con los paraísos fiscales? Las organizaciones sociales que conformamos la Plataforma por la Justicia Fiscal lo tenemos claro: perseguirlos política, legislativa y judicialmente hasta erradicarlos.
Los papeles de Panamá son sólo la punta del iceberg de un problema global, que nos lleva a hacernos una última pregunta: ¿Hasta dónde llega realmente la guarida del lobo fiscal de las grandes fortunas y empresas multinacionales y los Estados que lo permiten?
Tenemos las preguntas. Esperamos respuestas.
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