¡Emprender, emprender! Una demanda de muchos responsables políticos que no lo han hecho en su vida, una fuente creciente de subvenciones y en demasiadas ocasiones un insulto a muchas personas empobrecidas a las que sólo se les da la opción de convertirse en emprendedores de la noche a la mañana para salir de su situación o sentirse culpables por no hacerlo.
Emprender, crear una empresa viable, es tan difícil como gratificante, y lo es mucho más cuando la motivación principal para hacerlo no es el beneficio económico sino el cambio social. Hace unas semanas ya les presenté (también a su Majestad) algunos ejemplos de economía al servicio de las personas.
Para la Fundación Skoll, un emprendedor social es un «lider probado cuyos enfoques y soluciones a los problemas sociales están ayudando a mejorar las vidas de incontables individuos desfavorecidos«. En la premiada Ashoka nos dicen que deben tener dos atributos: una idea innovadora que produzca un cambio social específico y una visión emprendedora para realizar sus proyectos.
Para entender lo que es y lo que no el emprendimiento social, les dejo con Raul Contreras, un referente en este campo desde Nittua, la plataforma para el cambio social. Raul, junto a Nuria González acaban de editar una completa y útil Guía para la realización de estudios de viabilidad de emprendimiento social (versión pdf y versión web)
Gracias Raul. Gracias Nuria
Emprendimiento social: Qué es y qué no
El emprendimiento social, resultado de la evolución de la sociedad donde el planeta y las personas recuperamos el espacio que nos corresponde, es una realidad naciente que sin embargo se hace vieja por el mal uso, e incluso corre el riesgo de ser denostada por la fagocitación de las palabras desposeídas de sus contenidos.
Ni el emprendimiento ni su carácter social han de ser patente de nadie, sino una invitación a crear nuevos valores que ordenen el sistema y vinculen el esfuerzo de la sociedad para alcanzar valores distintos al rendimiento del capital. El emprendimiento social es una invitación general a toda la sociedad, a quien va a emprender y a quien ya lo hizo, a quien trabaja en la Administración o al que lo hace en una empresa, a quien le preocupa especialmente la situación de las personas y a quien se centra en la protección del medio ambiente.
Cualquier actor social puede ser emprendedor social, aunque nunca lo será si previamente no existe una convicción desde la responsabilidad social de las personas, de cada una de las personas. Reconocemos el valor de esos pequeños emprendimientos personales que son la base de un cambio general y la condición necesaria para que se dé un emprendimiento social en un ámbito cualquiera como puede ser el empresarial, por ejemplo.
El abuso en el uso de las palabras las pone en riesgo de ser vaciadas de contenido después de que se haya generado la confusión y hasta el hartazgo. Parece como si cualquier emprendimiento que tenga que ver con educación, salud o servicios sociales, por el sólo contenido de su actividad, ya fueran emprendimiento social. ¿Sería una industria farmacéutica un emprendimiento social? Desde luego no cualquiera, sin embargo sus productos cuidan de la salud del mundo.
El ejemplo es claro y contundente como lo es que acompañar un duelo se hace desde que la vida tiene fin y nadie pensó que las funerarias fueran emprendimientos sociales. Cualquiera de estas actividades podría ser un emprendimiento social pero no por el servicio que presta ni por lo que produce exclusivamente. La confusión está servida y acabaremos viendo un aerogenerador y calificando a la empresa de social/medioambiental sin preguntarnos nada más. El resultado en el tiempo sería, de seguir este camino, la perdida de valor de estas palabras y el abandono del cambio social perseguido.
Cuando el tiempo pasa y los mercados cambian es cuando se evidencia aquel que realmente perseguía un cambio social y utilizaba para ello una herramienta, el emprendimiento social porque éste tendrá un comportamiento resiliente y cambiará su herramienta cuantas veces haga falta para alcanzar su objetivo de cambio social. Al otro no le importará abandonar su objetivo si no obtiene el rendimiento financiero que en un principio obtuvo o que esperaba conseguir.
El emprendimiento social no se crea con ánimo de perdidas, sin duda necesita apoyarse en una herramienta viable desde la perspectiva económico-financiera, pero sólo tiene sentido cuando persigue el cambio social.
Y llegados aquí retornamos a la invitación a todos los actores sociales para incluir estos valores en su actividad económica. Debemos preservar la integridad y el contenido real del emprendimiento social pero trabajando desde la empatía y la generosidad que facilite procesos de acercamiento de todos aquellos que un día iniciaron un emprendimiento y que no incluyeron los valores sociales y medioambientales en su destino. Sólo existe una sociedad, un planeta y es de todos.
Rentabilidad social, medioambiental y financiera
Hemos escrito una guía que quiere ayudar a construir de una forma coherente, honesta y diferencial un emprendimiento social. Se construye desde las diferencias con el modelo ortodoxo de estudio de viabilidad de un negocio, pues los elementos comunes, que existen, ya tenemos acceso a ellos en muchos documentos y servicios. La guía nos obliga a viajar por todas las partes de un estudio de viabilidad analizando la triple rentabilidad: social, medioambiental y financiera.
Además nos preocupa y nos ocupa cuidar cómo se hacen las cosas pues es tan importante como el propio objetivo que perseguimos. Por ello la buena gobernanza y la colaboración son condicionantes que establecemos en cada paso del estudio. El resultado de seguir este proceso, que además cambia el orden de un estudio de empresa ordinaria, es el rigor, la seriedad y el respeto al emprendimiento social.
Ponemos a vuestra disposición la guía “Viabilidad del emprendimiento social” convencidos de que es otro elemento más al servicio del necesario cambio social que nos lleve a un destino diferente: Un ecosistema económico integral e inclusivo. Algo que sólo conseguiremos entre todos.
Núria González García
Muchísimas gracias, os cito en mi tfg!
un saludo
A ti. No te olvides de recordarnoslo en redes sociales (o incluir el enlace en otro comentario aquí) y te ayudamos a difundirlo. Saludos
Me encanta vuestra pagina y estoy haciendo un tfg sobre el tema por lo que me gustaría mencionar partes de la guía pero el enlace para descargármelo no me sale disponible, como podría descargarlo?
Gracias Ana. Ya veo que solo funciona el enlace de la versión web. Miro con Raul el pdf y vemos como solucionarlo. Un abrazo
Hola de nuevo, Ana. Ya está corregido el enlace en el post, puedes consultarla ya en pdf. Te dejo también el enlace aquí: https://mega.nz/#!tBNAxIia!k7bKMiB7vkTlJ1KEglZzLF_fGEJ5CGvpzy9s1Gz3xuA
La utopía del emprendimiento social. Un artículo relacionado interesante
España es el país europeo con menor tasa de ‘start up’ con fin social. Además, y pese a las aptitudes que, ‘a priori’, tiene un emprendedor con una fuerte fibra ética, el índice de fracaso es muy elevado. ¿Dónde tropiezan más estos innovadores?
http://www.expansion.com/emprendedores-empleo/emprendedores/2015/04/22/5537da94ca4741ce418b456c.html
Hola !! muy nutritiva la propuesta. Gracias !! pero deciros que los enlaces que ponéis remiten al periodico La voz de Galicia. ¿…? Salut !!
Gracias por avisar Empar. Ya esta arreglado el enlace. Puedes bajartela en PDF o leerla con líne. Que te sea útil para emprender!