La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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Santa María das Pesqueiras (Lugo). Foto: Elilitas Silva

El 1o de diciembre de 2012, Día Internacional de los Derechos Humanos, fue un día feliz.

Tras muchos años de lucha, en la ONU se aprobó el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas (TCA). Uno de sus protagonistas, el reconocido analista internacional de comercio de armas,  Alberto Estévez nos contó las razones del éxito de esta campaña de incidencia politica en la que el trabajo en red fue clave.

No es broma. Los tratados internacionales que nuestro país ratifica, al igual que las leyes, están para cumplirlos.  Cuando está aumentando el riesgo de que España, al duplicar sus ventas, esté relajando el control, hay bastantes personas y sus organizaciones que no se rinden y siguen peleando para denunciarlo.

Es un honor dejarles con varias de estas personas: María del Pozo (Amnistía Internacional), Jordi Armadans (FundiPau), José Luis García Ortega (Greenpeace España), Consuelo López-Zuriaga Hernández-Gil (Oxfam Intermón) y Alberto Estévez, coordinador del informe de las ONG sobre exportaciones españolas de armas.

Gracias por seguir defendiendo la dignidad.

¿Armas bajo control?

Si «España va bien» en algo, es sin duda en la exportación de armas.

En la última década han multiplicado su valor por diez, pasando de cerca de 400 millones € en 2004 a los más de 4.000 millones € en exportaciones realizadas en 2013.

¿Se han aumentado por diez también los controles?

Nuestra intuición es que no, aumentándose el riesgo de que se estén relajando los controles, con el peligro de que armas de la «Marca España» puedan ser utilizadas para cometer y/o facilitar graves violaciones de los derechos humanos.

El gobierno justifica que España duplicase sus ventas de armas en 2013 por la venta de aviones de transporte y buques a Arabia Saudí, Australia y Emiratos Árabes Unidos, por valor de más de 1.700 millones €. Con estas cifras, España ocupa el séptimo puesto mundial de exportadores de armas, con un 3% del mercado global.

El informe «Jugando con fuego. España duplica sus ventas de armas, aumentándose el riesgo de estar relajando el control de las exportaciones», publicado por Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermón, analiza esta situación. Otro informe de las cuatro ONG  examina el grado de cumplimiento por parte del gobierno español de las recomendaciones de los dictámenes de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados entre 2008 y 2013.

¿Qué armas vende España?

Sobre todo, aviones de transporte y buques de guerra, que son las exportaciones de mayor valor económico. Sin embargo, tampoco es desdeñable ni el valor ni, sobre todo, el impacto de las exportaciones realizadas de armas pequeñas y ligeras como las pistolas, rifles o ametralladoras (que el propio secretario general de la ONU calificó como «las verdaderas armas de destrucción masiva»), que en 2013 ascendieron a 177 millones de Euros según datos oficiales de Aduanas.

Para exportar armas, las empresas deben inscribirse en un registro y solicitar una licencia al gobierno. La JIMDDU, integrada por representantes de los ministerios de Defensa, Presidencia, Economía y Competividad e Interior, analiza mensualmente las licencias presentadas y decide si autorizarlas o no. Pero como las actas de la JIMDDU son secretas desde 1987, la transparencia es escasa.

Llama la atención las pocas denegaciones de licencias, entre las que figuran operaciones a Guinea Bissau, República Centroafricana y las suspensiones de licencias a Ucrania, de material para la «represión interna» a Egipto, o de material antidisturbios a Venezuela. En 2013, se aprobaron más del 99 por ciento de las licencias de material de defensa analizadas. Si a esto le sumamos el decidido apoyo del gobierno español a la exportación de armas españolas, nuestra conclusión es que el gobierno está jugando con fuego y no se están llevando a cabo los necesarios control en esta materia.

Las exportaciones españolas de material de defensa autorizadas en 2013 a Oriente Próximo, donde España fue el segundo exportador de armas de la UE en 2012 son reveladoras de esta búsqueda de aumento de las exportaciones. El gobierno español parece desdeñar si sus exportaciones contribuyen a aumentar el gasto militar o la militarización de un país y cómo afectan al desarrollo sostenible o la paz y la estabilidad regional. España ha exportado armas a Arabia Saudí, que aumentó el gasto militar un 14% y al que empresas españolas intentan venderle de 250 tanques Leopard, pese a la oposición del gobierno alemán, que es dueño de la patente; a Bahréin, a cuyas fuerza armadas se vendió de material de defensa por valor de 35,5 millones de Euros; o a Catar, pese al riesgo de desvío de armas a otros países.

El análisis de las ONG identifica elementos preocupantes. Se autorizaron o realizaron operaciones que suscitan preocupación debido al tipo de material exportado y/o al riesgo de que pueda ser empleado para cometer o facilitar graves violaciones de derechos humanos como torturas, homicidios deliberados y arbitrarios o desapariciones. Es el caso de la venta de aviones de transporte, munición de artillería y obuses a Colombia, que corren un riesgo claro ser utilizado para cometer o facilitar graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos, los cartuchos lacrimógenos donados a la policía de Egipto o las exportaciones de armas de caza y tiro deportivo a Ghana, un país con vecinos en situación de conflicto o postconflicto como Costa de Marfil, Mali, Mauritania y Libia. Recientemente, la propia Comisión Nacional sobre Armas Ligeras del gobierno de Ghana pidió medidas para evitar que este país sea destino y lugar de tránsito de armas de fuego.

Hemos identificado otras operaciones sobre las que se necesita mayor información, como las exportaciones de fusiles, pistolas, ametralladoras y revólveres para el ejército de Brasil, armas de caza y tiro deportivo y cartuchos a Guatemala pese a su altísima tasa de homicidios: 46 por cada 100.000 habitantes, de los cuales cuatro de cada cinco se cometieron con armas de fuego; material antidisturbios a Libia; o la donación de cartuchos y botes lacrimógenos a la policía de Túnez, pese a las denuncias de torturas y uso excesivo de la fuerza policial en manifestaciones.

¿Armas para cometer atrocidades?

Las ONG hemos alertado al gobierno del peligro de que se estén relajando los controles y se lleven a cabo exportaciones cuando exista un riesgo manifiesto de que armas españolas se puedan emplear para cometer atrocidades. Hemos hecho recomendaciones para evitar este riesgo, incluida la adecuación de la legislación española al Tratado sobre Comercio de Armas (TCA), medidas para mejorar el seguimiento del uso del material exportado, y otras de refuerzo del control parlamentario y la transparencia.

¿Hará oídos sordos el gobierno o tomará medidas para evitar que armas «Marca España» se puedan usar para cometer atrocidades?

 @aestevez212

@MPozosierra

@Jordi_Armadans

@jlgarciaortega

Tachira (Venezuela) Foto: Luis Robayo