El 30 de enero es el Día Escolar por la Paz y la No violencia. Y hay muchas razones para ser optimista.
Ya el año pasado nos recordaron que vivimos en la época más pacífica de la existencia de nuestra especie. Este año sera el primero en el que estará vigente el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas, tras una larga lucha de activistas por los derechos humanos que nunca se rindieron. Y en nuestro pais tenemos también un ejemplo positivo de acción democrática con el triunfo de la Marea Blanca, una estrategia política no violenta que con manifestaciones y un intenso trabajo legal y mediatico han tumbado un infame ejemplo más de intento de capitalismo de amiguetes .
Me gustas democracia. Y no, no estás como ausente. Escribía hace semanas como pequeño homenaje a los efectos del Movimiento 15M. Y hacía una llamada contra un desánimo que no tiene sentido en esta guerra contra las causas de la pobreza y la desigualdad en la que no hay derrotas ni errores sino aprendizajes para seguir luchando toda la vida.
Y como ejemplo de constancia y lucha no violenta, que mejor que la del Movimiento Ekta Parishad y su campaña de lucha no violenta Janadesh, la más importante desde los tiempos de Gandhi. Durante 30 días, miles de hombres y mujeres de los sectores más desfavorecidos de la India recorren a pie los 350 km que separan la ciudad de Gwalior de la sede del Parlamento, en Delhi, con el objetivo de iniciar una huelga de hambre masiva para exigir una redistribución justa de las tierras. No dejen de ver el vídeo y el documental que hizo la organización Quepo sobre esta campaña.
Ramesh Chandra Sharma, coordinador nacional de Ekta Parishad durante muchos años, estuvo en Santiago de Compostela para hablar de su experiencia en campañas basadas en la no violencia. El encuentro tuvo lugar en la Casa da Cultura e Solidariedade, espacio de la delegación gallega del partido SAÍN (Solidaridad y Autogestión Internacionalista).
Para poder hacer un artículo y una entrevista como se merece, he recurrido a Arturo Nicolás, un profesional incansable de la acción social y la comunicación.
Gracias Arturo!
El activista hindú Ramesh Chandra Sharma, hoy dedicado a la construcción del movimiento Satyagraha, centró su conferencia en compartir la trayectoria, filosofía y logros del movimiento Ekta Parishad –Foro Unido en hindi-, creado en 1991 como reacción ante la situación de miles de personas que carecían de tierras y agua en el país asiático.
La misión era clara: motivar, organizar y empoderar a la gente cuya dignidad e identidad se veían atropelladas por las políticas del gobierno hindú. Ramesh detalló además que la concepción del movimiento, ya desde el principio, se hizo bajo la premisa de formar una gran familia, un concepto que, según explica, lleva implícitas las ideas de igualdad y de justicia. El primer paso, pues, fue hacer familia para posteriormente interiorizar los axiomas de la no violencia, entendida ésta no como una teoría, sino como una forma de vida.
Todo empezó “por un grupo de personas. En cada ciudad había voluntarios que servían de mensajeros. Aproximadamente un voluntario para cada diez pueblos”.
“Si tú no cambias, no puedes convencer a nadie”.
“La violencia es reaccionaria, reactiva. Hay que ser fuerte y disciplinado para no usarla”, comentaba Ramesh. Además, señaló las marchas como una metodología acertada: “Una manifestación que dura un día no vale para nada. Solo te escucharán cuando seas un estorbo. Las acciones tienen que ser continuadas”.
En Ekta Parishad lo tienen claro: “queremos cambiar la violencia estructural”. Ramesh considera la violencia como un mal incrustado en el propio sistema en el que vivimos y señala la falta de conexión entre seres humanos como uno de los obstáculos para reducir la desigualdad: “Ekta Parishad cree poderosamente en el diálogo. No vemos al Estado como un enemigo, sino como un oponente. Podemos estar en desacuerdo, pero no somos enemigos”.
Otra de las claves del movimiento es la paciencia. Avanzar paso a paso. “Es imposible cambiar el sistema con una sola acción”, argumenta Ramesh.
En octubre de 2012 el movimiento organizó una marcha de 350 kilómetros, a pie, entre Gwalior y Delhi. La llamaron Jan Satyagraha –Marcha popular por la justicia– y llegaron a conformar una cadena humana de hasta 20 km a lo largo de las autopistas del país. “Decidimos empezar con una metodología muy distinta. Escribimos una carta en la que le hacíamos saber al Primer Ministro que íbamos a ir a la capital a dialogar en persona”.
Y dicho y hecho. Se produjo una situación incómoda en Delhi: 100.000 personas pobres delante del parlamento de La India. Consecuencia: el gobierno acudió a dialogar. Tras las negociaciones, el movimiento Ekta Parishad, red con más de 2000 organizaciones adheridas, consiguió la modificación de la legislación para acceder a derechos sobre las tierras. Éstas, repartidas entre hombres y mujeres, siguen siendo propiedad del Estado, mientras que los derechos son hereditarios en las familias beneficiarias.
¿Cuál fue la reacción de Delhi cuando el movimiento entró en la ciudad?
La primera reacción fue que no querían ver a mucha gente en Delhi porque para ellos es una situación muy incómoda. No lo pueden ignorar, tienen que responder. Y la gente pobre está pidiendo algo que está en los Derechos Humanos. Está dentro de la Constitución, no están pidiendo nada nuevo. Su reacción: en vez de que ellos lleguen a Delhi, vayamos nosotros hacia ellos y hablemos. Ahí empieza la primera respuesta. El gobierno sabe que somos disciplinados, y que si avisamos que 100000 personas van sentarse delante del parlamento, así ocurrirá. Conocen la disciplina del movimiento. También saben que el movimiento tiene muchos amigos en el resto de partidos políticos, así que si el partido gobernante no responde, van a tener un serio problema. También tenemos muchos amigos en prensa que son muy sensibles ante lo que ocurre y no tienen ningún problema en escribirlo y decirlo.
¿Puedes imaginar una campaña parecida en Europa?
Creo que es posible, ¿por qué no?
En tu conferencia hablabas de la no-violencia no como una estrategia, sino como una forma de vida. ¿Cómo crees que puede calar ese mensaje en una sociedad tan individualista como la occidental?
También hay individualismo en La India. No creo que todo el mundo tenga la misma sensibilidad en La India. Lleva tiempo. Educar a la sociedad es un proceso lento, no es fácil.
La española es una sociedad muy polarizada. ¿Cómo dejar de ver a quien no piensa como tú como un enemigo y verlo como un oponente?
Es una forma de ver a quien tienes enfrente. Gandhi dijo que si él cree en sus propios derechos, también tiene el mismo honor de creer en los tuyos. Un ejemplo es la policía que, cuando carga contra nosotros, saben que no lo están haciendo porque crean en ello, sino porque es su deber, porque forman parte del sistema. La incrustación de la no-violencia en la política lleva tiempo, pero una vez se consigue, ésta perdura y se hace más fuerte. Entre 1940 y 2000 más de 65 países han conseguido la independencia. El 80% de estos países la obtuvo con no-violencia. Es un hecho.
¿Conocéis o tenéis contacto con luchas o movimientos semejantes en Europa?
Tenemos conexiones con organizaciones de diferentes partes de Europa, que de hecho mantienen y sirven de apoyo en un nivel de lucha parecido. Nosotros percibimos que en un mundo globalizado como el nuestro, tenemos un oponente común. Las mismas compañías o corporaciones que lo hacen mal en África, Asia o Latinoamérica están muy unidas. Es un desafío para nosotros: si no estamos unidos, no podemos luchar. No podemos luchar solos, necesitamos construir sinergias. Hay ejemplos de ello por todo el mundo.
Por último: ¿Qué le transmitirías a todas esas personas que percibieron el 15M como un fracaso?
Hay que entender que no es un problema solo de España o solo de estudiantes, sino que es algo muy común en todo el mundo. Es decir, la gente joven en La India también es impacientes a veces.
La paciencia es importante porque te da tiempo y te abre los ojos para madurar y para interiorizar la fuerza que tienen los demás, tanto tus amigos como tus oponentes. Este análisis lleva tiempo, es algo muy mental. La paciencia es, por tanto, una acumulación de fuerza. No seas egoísta y no pienses en lo que te conviene a ti, piensa en la sociedad. Lo que pides seguramente es extremadamente importante para ti, pero hay otros problemas que son incluso más importantes.
Antes de cualquier tipo de reacción, debes acumular toda tu energía. Debes construir amistades. ¿Por qué fueron los estudiantes a las manifestaciones y no sus familias? Los estudiantes son hijos de gente de la clase media. Si no son capaces de arrastrar a sus familias a las manifestaciones, ¿cómo van a convencer al Estado? Aquí es donde empieza la resistencia civil.
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