La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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Me contaba hace unos días una de las “tertulianas” de la SEMINCI su agradable sorpresa por la alegría que causaron sus regalos navideños.

Harta de comprar y regalar objetos a todo correr y por la mera obligación de hacerlo, este año se puso a regalar libros de su biblioteca, con el criterio de asociar cada libro a una persona en concreto y con el deseo de que esa persona disfrutara como ella lo había hecho en su día.

Tendrían que verla contar la ilusión que causó en pequeños y mayores antes con sus solitarios trastos electrónicos y objetos sin alma, recibir y ponerse a leer a Dostoyevski, Stendhal, Flaubert, Defoe o el de un monje y su Ferrari y los debates sobre las razones para regalarle ese libro a cada persona.

Será que en 2013 me mudé de casa y pude comprobar la de objetos inútiles que se llegan a juntar. ¿No echan de menos pensar en las personas antes que en los objetos?

Me recordó a un imprescindible Cortázar y su “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj

Pensar, consumir, transformar. Hace tiempo Rodrigo Fernández reflexionaba sobre la importancia de nuestras decisiones de consumir para consentir las causas de la pobreza. Me acordaba entonces de un argumento que utilizaba en los principios del comercio justo o el consumo responsable: “Todos estos mercados que parecen tan lejanos, complejos e inaccesibles, terminan en usted y en mi, los que decidimos si comprar o no y a quien hacerlo“.

¿Cómo podemos aprender a vivir mejor sin “necesitar” tantas cosas?

No se preocupen que no voy a intentar culpabilizarles ni sensibilizarles sobre el consumismo o el decrecimiento. No me gusta este empeño “evangelizador” de algunas ONG en infantilizarnos y decirnos como debemos o no comportarnos.

Si creo que es importante disponer de información veraz y contrastada sobre las opciones que tenemos para ejercer nuestro poder a la hora de comprar o no un determinado artículo o servicio. Y mucho más si al hacerlo se puede ahorrar dinero.

OPCIONES, así se llama esta entretenida revista especializada en consumo consciente y transformador a la que estoy suscrito desde su fundación. Es un ejemplo de publicación donde a pesar de sus escasos recursos, se practica la calidad y profundidad de su información junto a variadas propuestas de ideas y actuaciones.

En sus últimos números hablan del consumo consciente de vino, de cómo reducir nuestro consumo de energía o del mercado social y la economía solidaria y su realidad para crear desarrollo y empleo. En su página Consumpedia pueden consultar otros interesantes reportajes sobre bombillas, detergentes, yogures, madera, turismo, pasta de dientes…

La edita el Centro de Investigación e Información en Consumo (CRIC), una organización no lucrativa cuya autonomía financiera, basada en  suscripciones, publicidad, prestación de servicios e investigaciones (si pueden, no dejen de leer su informe Consumo y Cambio Global España 2020/50) es un ejemplo a seguir para la mayoría del resto de ONG de nuestro país.

Les recomiendo que se suscriban y la regalen, verán que además de agradecerles el regalo, se ahorra dinero y se gana en libertad.

Por si les interesa, también estoy suscrito a otras dos revistas (el resto las compro en kioscos y librerías):

PUEBLOS: una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo.

EL ECOLOGISTA:  en uno de sus últimos e interesantes número ¡sólo noticias positivas! (no parecen ecologistas…)

Y si cuando las lean, en vez de tirarlas las llevan a la biblioteca o centro sociocultural de su barrio, a alguna tienda de comercio alternativo o a su café u organización de confianza para que la lean más personas, mejor todavía.

Y si creen que no hay alternativas para regalar asegurando una economía al servicio de las personas, no dejen de abrumarse con las propuestas que nos hacía hace unos meses Gonzalo Gesto.

Les propongo por último un regalo para una persona a la que quieran. Salvo que sean masoquistas, lo más normal es que no sólo usted quiera a esta persona, seguro que muchas otras lo harán también. Prueben a regalarle las razones para quererla.  Por ejemplo, abran una dirección de correo electrónico del tipo (con perdón) queriendoamariano@…) y en secreto pidan a amigos y amigas de esta persona que escriban un correo con sus razones para quererla y que corran la voz.  Cuando le regalen la dirección de correo y su contraseña, ya me contarán…

¿Cual es su regalo sin dinero preferido?

Gracias por contarlo aquí o en su pagina en Facebook No nos pidan calma.

@xosecuns