Esta semana, Gaby Jorquera, la coordinadora de la Red Europea contra la Pobreza (EAPN) en Madrid, presentó este documentado informe: IMPACTOS DE LA CRISIS.
Los datos sobre el tremendo crecimiento del número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social en España en 2009 y 2010 han tenido una enorme repercusión en todo tipo de medios de comunicación. Y es que “La pobreza amenaza ya a uno de cada cuatro españoles”.
Gaby ha tenido que multiplicarse para atender a periódicos, televisiones, radios… y de nuevo en este blog (hace meses ya disfrutamos de sus «chilenismos» al exigirle al señor Gallardón que pidiera perdón a las personas sin hogar). Si siguen leyendo, les contará las razones y conclusiones de este informe.
Además de agradecerlo su esfuerzo, le he pedido que me dejara hacer una introducción “indignada” y que facilitara algunos datos sobre la situación en Galicia (gracias a EAPN Galicia y a Romana, su responsable de comunicación, por ayudarme)
11.666.827 personas en España se encontraban (en el 2010) en riesgo de pobreza y exclusión.
600.918 en Galicia.
Para obtener este dato se utiliza el indicador que propone la Unión Europea (AROPE: At Risk Of Poverty and/or Exclusion) y que agrupa tres factores:
- Renta: población bajo el umbral de la pobreza: 9.486.616 personas en España, 460.341 en Galicia.
- Privación Material Severa: agrupa a personas que no pueden permitirse cuatro de estos nueve gastos seleccionados a nivel europeo: pagar el alquiler o una letra, tener calefacción en casa, afrontar gastos imprevistos, comer proteínas al menos tres veces a la semana, tener un coche, una lavadora, un televisor, un teléfono, y poder pagar unas vacaciones de al menos una semana al año. 1.813.813 españoles o 111.305 gallegos y gallegas.
- Intensidad de trabajo: La relación entre el número de personas que trabajan en un hogar y el número de personas que, en ese hogar, están en edad de trabajar. El riesgo de pobreza aparece si no se llega al 0,2, como les pasa a 3.516.080 españoles o a 213.370 gallegos. La Encuesta de Población Activa revelaba hace unos días que en España ya hay 1.575.000 hogares en los que todos sus miembros activos están en paro.
Apretarse el cinturón, recortar gastos (perdón, se dice “blindar gastos sociales” o mejor “mejorar la eficiencia del gasto”), esforzarnos más… les dicen algunos de nuestros dirigentes y ciertos banqueros deslenguados a estas personas y a los que cobramos una nómina cuando nos suban el IRPF a partir de este mes…
88.000 millones de euros en fraude fiscal.
Localizado, consentido y hasta mimado por este gobierno y por el anterior.
Ustedes deciden.
Sigue tú, Gaby. Muchas gracias por tu ejemplo.
IMPACTOS DE LA CRISIS
La semana pasada, desde la Red madrileña de la lucha contra la pobreza y la exclusión social, EAPN Madrid, presentamos un informe sobre los impactos de la crisis en la pobreza y la excusión social.
Las cifras de 2009 y 2010 muestran un preocupante aumento de más de un millón de personas en riesgo de pobreza y exclusión (10.665.615 en el 2009, 11.666.827 en el 2010). Curiosamente, en mayo del año pasado, España se comprometió con la Unión Europea y su Estrategia Europa 2020 a reducir en un millón y medio el número de personas en riesgo de pobreza y exclusión en el período 2009-2019.
Preocupante es también que al tiempo que los índices de pobreza y exclusión, ha crecido también la desigualdad. Según el INE, en 2004 el quintil más rico de la población ganaba 5.1 veces más que el quintil más pobre. En el 2010, el quintil más rico de la población ganaba 6.9 veces más que el quintil más pobre…
Los datos señalan que es necesaria una profunda transformación de las políticas sociales en España para lograr los objetivos de reducción de la pobreza y combatir los efectos más negativos de la difícil situación económica. La diferencias entre los datos de 2009 y 2010 muestran un avance claro de la pobreza y la exclusión social, que las medidas y estrategias no han logrado detener, menos aún disminuir. España tiene una necesidad urgente de poner en marcha medidas coordinadas y efectivas para la inclusión social. Nosotros pedimos un Pacto de Estado por la Inclusión Social, pero se le puede poner otro nombre.
Los datos son llamativos, ciertamente. Pero también lo eran los de 2009, los de 2008 y los de los años anteriores. Hemos vivido durante los últimos años con niveles de pobreza y exclusión social inadmisibles si se considera el nivel de renta que España tiene…
¿Por qué no nos hemos alarmado antes?
¿Por qué estamos reaccionando tan tarde?
La elevada atención que los medios de comunicación han prestado al informe nos ha cogido por sorpresa. Es una buena señal: las cosas no cambian hasta que somos conscientes de ellas, y estamos en un momento, tal vez efímero, de consciencia.
Y lo vamos a aprovechar. Hemos procurado atender a todos los medios, los grandes, los pequeños y los ínfimos, y hemos facilitado su tarea en la medida de lo posible. Hemos enviado el informe a cuanto político tuvo la desgracia de dejarnos alguna vez sus datos. Porque creemos que mientras más personas tengan acceso a esta información, tenemos mayores posibilidades de sumar esfuerzos y voluntades en la lucha contra la pobreza y la exclusión.
Pero ¿cómo? ¿Cómo podemos hacer algo para generar un modelo de desarrollo que no orbite únicamente alrededor de los indicadores económicos, sino que defienda el derecho de las personas a tener una vida digna y un nivel de bienestar mínimo?
La primera responsabilidad es política, por supuesto. Y a nuestra red le queda una larga tarea por delante de incidencia y de propuestas a este nivel.
Pero los políticos también son responsabilidad de los ciudadanos.
La sociedad civil puede hacer mucho para activar los mecanismos y resortes y poner en marcha acciones dirigidas a la lucha contra la pobreza. Exigir a los gobiernos autonómicos y locales que pongan en marcha medidas de ayuda a las personas más vulnerables. Acercarse a las personas que están más golpeadas por los efectos de la pobreza, conocerlos, interactuar con ellos. Donar, no sólo dinero, sino también tiempo, por ejemplo en el voluntariado social. Podemos hacer mucho.
Y no nos dejemos engañar; esto no es consecuencia de la crisis. Venía de antes. La experiencia de España es una prueba fiel de que el crecimiento económico por sí mismo no disminuye los niveles de pobreza. Pero podemos revertir este fenómeno. La pobreza se puede reducir. Muchos países en Europa, con niveles similares de renta que España tienen índices de pobreza mucho menores,
¿A qué esperamos, pues?
Gaby Jorquera
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