La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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El 30 de abril estuve de fiesta.

En el barrio de San Pedro, sin duda el más activo, alegre, diverso en culturas, etnias, clases sociales, lenguas, acentos, de los de Compostela, celebraron su Feria de la Primavera.

“Nunca viches tal!”

Y no engañan. Como pueden ver en su web, el programa de actividades es una auténtica celebración de todo un barrio que sale a la calle a divertirse, pero sobre todo a dar un año más una lección de optimismo, participación y convivencia.

Así que para allí me fui, armado con una libreta y una cámara de fotos y decidido a que este año no sólo disfrutara yo sino un poco ustedes.

Por supuesto, como gallego militante, ignoré la amenaza de lluvia con que las diversas predicciones meteorológicas nos atacan habitualmente. Es una lástima no tener un buen Pedro J por aquí, para destapar de una vez esta conspiración que a lo que en el Mediterráneo llama tormenta o chubasco disperso y no espanta al visitante, en Galicia son “lluvias generalizadas”.

Por la rúa de San Pedro pasa uno de los tramos del camino de Santiago, a sólo unos minutos de la catedral. Este día se cierra la calle al tráfico y se abre a comercios y puestos de todo tipo, del barrio y de fuera: ropa, alimentación, libros, artesanía, organizaciones sociales…

En el puesto de la Asociación Vecinal A Xuntanza, una señora con claras dotes comerciales me vende una rifa para financiar las fiestas y me convence para que firme para que no cierren un colegio. Me quedo con el folleto de lo que hace su activa vocalía de la mujer: aprender de nosotras mismas, contactar con nuestro entorno, manifestar y compartir…

Alrededor está la plaza con el escenario, bar, y puestos de comida de todo tipo: peruana, vegetariana, vegana, embutidos. Está  bien rica la empanadilla babaganush que me compro. Me deja impresionado la innovación de la campaña de información y captación del Refugio de animales, con «perros hucha» incluidos.

Resulta que Coop57, una de las organizaciones financieras alternativas a la banca tradicional, con presencia en Cataluña, Aragón, Andalucía o Madrid, ya está en Galicia. Con el apoyo de diversas cooperativas y asociaciones ya están trabajando con unos principios muy claros:  fomentar el ahorro solidario y la inversión ética en proyectos de economía social, hacer compatibles el rendimiento social y la viabilidad económica, recuperar el control de nuestros ahorros,… para que la democracia crezca por todas partes y allí donde está más proscrita: en la economía.

En el activo grupo de Amnistia Internacional bordan una colcha con mensajes de derechos humanos. Desde que pusieron en marcha su campaña Exige Dignidad, afirmando que «la pobreza no es inevitable, tiene responsables y es causa y consecuencia de violaciones de derechos humanos, creo que están dando una lección de incidencia política y lucha contra las causas de la pobreza. Ojalá cunda. Y si además realizan actuaciones como las de reclamar en Vigo un Centro de Inclusión Social para personas sin hogar, como bien explica Alberto Quian, se que mi cuota de socio está bien empleada.

Esperando que los fotógrafos de La Voz sean más sensatos que yo y no se les olvide como a mi cargar la pila de la cámara,  me consuelo picando un poco de deliciosa confitura de castaña del Caurel, fisgando en el puesto de Proxecto Amorodo, una iniciativa de tres ayuntamientos gallegos para fomentar una agricultura sostenible de calidad y más proxima al consumidor y comprándome por razones obvias una camiseta con el lema «niños sin un tonto de pelos«, me  acerco al puesto de Panxea, una cooperativa de comercio justo y consumo responsable en donde tras comprar una tableta de chocolate negro Mascao (una absoluta delicia) charlo un rato con una ex alumna del Master de Cooperación al desarrollo de la USC.

Me encuentro con varias ex alumnas más: periodistas, educadoras, politólogas… mujeres con valores, honestas, trabajadoras, pero algo desanimadas por sufrir el desempleo como muchas otras de su edad y sobre todo el estallido de la «burbuja solidaria». Saldrán adelante, saben y pueden hacerlo.  De este tema hablo con Carlos Sanchez , un cooperante retornado tras muchos años de trabajo y sacrificio por el mundo adelante del que ya supieron gracias al excelente trabajo de Ruben Santamarta y su serie Gallegos Solidarios.

Cerca de la fashionable tienda OPS! (Obxectos Perdidos Showroom), Susana y Axes, un alegre matrimonio portugués, vende a precios económicos objetos de su casa que ya no van a utilizar tras su cambio de domicilio. Este tipo de iniciativas son muy habituales en Estados Unidos e Inglaterra, con menos impedimentos y apenas burocracia para realizarlas y sobre todo con una población que no tiene reparos en adquirir ropa u objetos de segunda mano y de la que mucho tenemos que aprender una vez finalizada nuestra etapa de nuevos ricos.

Al pasar al lado de un puesto del Centro Social okupado «Casa do Vento«, me entero que por la tormenta se ha suspendido el «mercadillo de cambio» que organiza Verdegaia, mi asociación ecologista de referencia,  pero sigue el «Mercado de Lusco e Fusco», en el que se venden los productos que varios vecinos y vecinas del barrio cultivan en pequeñas parcelas cedidas por el ayuntamiento en el cercano parque de Belvís. Y hablando de mercados, sostenibilidad y visión comercial, me acuerdo de una exitosa iniciativa empresarial de venta de leche a granel en el cercano Mercado de Abastos.

Leo una octavilla de «Democracia Real YaNo somos mercancía en manos de políticos y banqueros» llamando a la manifestación en toda España el 15 de mayo. Escucho de fondo a dos regueifeiros, ¡que útiles serían para dignificar un poco con su ingenio las maltrechas tertulias de la TDT!  Y me encuentro con mi amiga Nathalie, reconocida como su hermana Mila en el barrio por su compromiso, pero en este caso además, por hacer un tiramisú de impresión que no tiene nada que envidiar al del mejor restaurante y que reservo con egoismo.

Y así 50 o 60 puestos más, y  un concurso de balcones decorados, LC, actuaciones musicales, y personas activas que participan.  Si quieren también hacerlo, que para eso he hecho esta entrada en castellano, sufriendo en cada línea, les propongo un plan:

Todo esto, multiplicado, lo tendrán en las fiestas del barrio, del 30 de junio al 3 de julio.

Lo que son las coincidencias, en esos días, EAPN organizará el I Foro de Pobreza, Exclusión y Voluntariado, donde podrán conocer – de día- la información más reciente a nivel europeo, español y gallego sobre estas materias. De noche y el fin de semana podrán disfrutar de las fiestas del barrio de San Pedro e  incluso, si me dejan, practicar una de mis pasiones, «el voluntariado en la hostelería» .

Vengan. Nunca verán tal