Oxfam Intermon, una de las oenegé de referencia en nuestro país cumple 60 años de lucha contra la pobreza. Y no celebra su aniversario ensimismada, sino asumiendo con valentía y junto al resto de organizaciones que forman Oxfam Internacional, el riesgo de ser coherente y luchar contra la desigualdad y sus causas no sólo en Africa o América Latina sino también en España.
Dicen que a los españoles nos dan igual los refugiados. Es mentira.
Como en otras muchas ocasiones, ante el sufrimiento ajeno, miles de personas están dando una vez más una lección de solidaridad. Lo comprobé por primera vez tras el genocidio en Ruanda o con el huracán Mitch en Centroamerica. Está demostrado que mientras una tragedia humanitaria sale en medios de comunicación, la sociedad española responde.
Pero lamentablemente estas explosiones de solidaridad tienen dos problemas: que suelen desaparecer cuando dejan de ser noticia (y cuando más ayuda necesitan quienes sufren) y que se actúa desde la emoción y la urgencia. Hay que ayudar ya, como sea, sin pararse a pensar en las causas del problema ni en asegurar que se hace de la mejor forma posible. Con el argumento de «lo importante es hacer» se han desperdiciado y se desperdician millones de euros.
Si por algo me encanta tener este blog es por poder compartir iniciativas ilusionantes, impulsadas por personas que no se resignan y tratan de mejorar su entorno, rompiendo de paso con los prejuicios que se tienen sobre las personas inmigrantes por ejemplo, una bendición de la que por desgracia apenas podemos disfrutar en Galicia.
Hoy les dejo con Yosi Ledesma para que les presente MIGRANTES2015, una delicia de proyecto que durante este año y junto a muchas otras personas han llevado a cabo en A Coruña, relacionando con ingenio y escasos medios, arte, emoción y una lección de convivencia e integración entre culturas muy diferentes (no se pierdan los vídeos)
A Yosi ya la conocen, la semana pasada les animaba a votar en su nombre en las próximas elecciones. «El cambio empieza por nosotros» nos decía. Y ya ven como lo pone en práctica.
“Hacían sus necesidades tras unos tablones. Vomitaban unos sobre otros y pronto se llenaron de piojos. El ácido de los vómitos y el salitre del mar desgastaron sus ropas, que se convirtieron en harapos”. Se alimentaron “de patatas podridas, garbanzos con gorgojos y gofio picado. El agua estaba racionada”
No, no es una patera llena de personas huyendo del genocidio sirio. Son las condiciones en las que 106 refugiados canarios intentaban huir a Venezuela de la represión franquista en 1949.
No veo mucha diferencia entre ambas fotos, como tampoco entre estos refugiados y los 465.000 españoles que en 1939 huyeron del horror cruzando la frontera con Francia. Como bien titula Jaime Rubio, no hace mucho tiempo que «los refugiados éramos nosotros»
Empecemos fuerte: ¿Quién quiere ser voluntario para ayudar en Africa?
Una respuesta la tienen en este vídeo (¡gracias por descubrirlo, Lucía!), así de paso conocen a Michael…
(si no les aparece subtitulado en castellano vayan a YouTube )
No, ni Africa es un país ni en ninguna parte se necesitan este tipo de personas voluntarias o de ayuda insultante demasiado frecuente. Pero mejor sonriendo con este vídeo o con la delicia de cortometraje de Javier Fesser «Binta y la gran idea» que les puedo regalar al final de este artículo, gracias a Enxeñería sen Fronteiras y a UNICEF España y su Guía didáctica, que leyendo artículos de falsos discursos sobre Africa o de las diferencias entre personas voluntarias y obligatorias.