Si usted es una persona con interés y vocación en dedicarse profesionalmente al acompañamiento y el fomento de la autonomía de jóvenes tutelados, ex tutelados, en guarda, con medidas judiciales o con problemas de absentismo escolar.
Y si además esta diplomada en Educación Social, Trabajo Social y Relaciones Laborales, o licenciada en Pedagogía, Psicopedagogía, Psicología o Sociología.
No debería seguir leyendo.
Como lo han hecho, creo muy necesario informarles que la Universidad de Santiago de Compostela, la Fundación Trébol de Iniciativa Social e Igaxes3 coorganizan, tras el éxito de sus tres primeras ediciones, el IV Máster en Intervención y Emancipación de Jóvenes en Conflicto Social.
La apuesta por un Master de calidad que asegure la formación de profesionales es muy grande. De hecho, incluye tres meses de prácticas en recursos residenciales y centros de enseñanza y al final del programa se ofrecerán ocho contratos laborales para trabajar en proyectos de apoyo a la autonomía desarrollados por Igaxes3, en donde el 30% de su plantilla ya está formada por ex-alumnas.
El reto lo merece
El sistema de protección de menores atiende actualmente a cientos de jóvenes en casas de familia, centros de día, residencias, viviendas tuteladas y de autonomía. Este sistema precisa profesionales del ámbito social, formados para la atención directa de estos jóvenes desde la perspectiva de la emancipación, el fomento del empoderamiento y la autonomía como una vía indispensable para que chicos y chicas alcancen una independencia real y digna al cumplir la mayoría de edad.
Hasta aqui la parte publicitaria. Me consta que directores y profesorado, se vuelcan en que la formación del Máster sea realmente útil y práctica. Pero tambien en que la exigencia y el esfuerzo sean sus características.
Disculpen que lo escriba con crudeza: las palabras exigencia y esfuerzo no están escogidas al azar, sino que, sin pretender generalizar, responden a una necesidad y preocupación creciente en muchas organizaciones e instituciones que trabajan en el ámbito de los servicios sociales. Llegar a tener un equipo trabajadores y trabajadoras reconocidas por su profesionalidad, entrega y madurez, es un tarea en muchos casos casi extenuante.
A infinidad de procesos de selección se presentan excelentes personas con una pretendida vocación y formación para trabajar por el desarrollo de personas en situación de pobreza o exclusión social, y con una clara conciencia de sus derechos, pero que no están acompañadas de la imprescindible voluntad de esfuerzo, proactividad, trabajo en equipo o madurez que se requieren en profesionales que tendrán que afrontar diariamente enormes dificultades técnicas y psicológicas.
Ni siquiera con una mínima experiencia de voluntariado (de cualquier tipo, no necesariamente en temas sociales) lo cual es sorprendente. Me acuerdo cuando a los 18 años quería dedicarme a estos temas. 2 meses de voluntariado en Caritas acompañándoles en su trabajo con familias en situación de exclusión en Santiago me hicieron ver que yo no servía para el trabajo directo y que debía reorientar mi carrera profesional y mi voluntariado en la lucha contra la pobreza en otros ámbitos.
Con una formación teóricamente amplia, pero en la mayoría de los casos, quizá dando la razón al Informe Pisa o a las estadísticas que muestran nuestro estratosférico porcentaje de fracaso escolar, con serias dificultades para redactar correctamente textos e informes de escasa dificultad y en los que las faltas de ortografía campan a sus anchas.
Exigencia y esfuerzo. De octubre de 2014 a mayo del 2015. Todos los días. Pienselo antes de inscribirse y de pagar.
Y anímese, afrontar el reto y la satisfacción de ayudar a desarrollarse a otras personas lo merece.
Como se que se lo toman todo en serio, les dejo con el video «extraoficial» del Master.
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