Pasado mañana habrá elecciones en Cataluña. Paradójicamente, aunque el tema del «derecho a decidir» sea una de sus claves, se impedirá de nuevo ejercer su derecho al voto a miles de ciudadanas residentes en el extranjero, como ya ocurrió en las anteriores elecciones generales.
Migración y democracia parece que siguen sin tener sentido en la misma frase. Se dificulta el voto a inmigrantes tan españolas como yo. Y a las emigrantes que siguen gritando «No nos vamos. Nos echáis«. Muchas de ellas llevan años luchando con rigor e ingenio por su derecho al voto agrupadas en la Marea Granate. En las pasadas elecciones generales, 3.549 personas participamos en su campaña #Rescatamivoto.
Hoy cedo el blog a la Marea Granate para que les cuenten la historia del voto exterior imposible y su lucha para recuperar ese derecho.
La historia del voto exterior imposible y la lucha granate para recuperar ese derecho
Érase una vez en 2011, el Partido Socialista, con apoyo del Partido Popular y CiU, modificó la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LO 2/2011) e instauró el ruego del voto, según el cual las personas residentes en el extranjero, bien inscritas en el censo de residentes ausentes (CERA) o en el de temporales (ERTA), cada vez que se convocasen elecciones estarían obligadas a rogar su derecho al sufragio universal.
Para ello, las ciudadanas tenían que desplazarse hasta su embajada u oficina consular más cercana y hacer unos trámites burocráticos que solo se podían hacer presencialmente y en horario laboral, sin importar que vivieran a muchísimos kilómetros de allí. Solo quien realizara todos los trámites a tiempo y dentro de los plazos establecidos, que no son muy holgados, recibiría en su domicilio las papeletas electorales y podría ejercer así su derecho a participar en las elecciones.
Desde entonces y hasta ahora, votar desde el extranjero ha sido una carrera de obstáculos, una pesadilla y un gasto de dinero y energía para las personas residentes en el exterior. Tan solo un dato: en las elecciones generales de 2011, pudo ejercer su derecho al voto solamente un 4,95% de las personas inscritas en el CERA, es decir, 73.361 votantes, mientras que cuatro años antes, en 2008, habían participado un 31,74% de las inscritas en este mismo registro, o sea 382.568 votantes.
Luchar contra este drástico descenso de la participación electoral exterior ha sido una de las primeras reivindicaciones de Marea Granate, colectivo que denuncia y combate las causas de la crisis económica y social dentro Estado español, que han obligado a millones de personas de todas las edades a buscarse el futuro en el extranjero.
Nos siguen echando
Y es que, por mucho que se hable de recuperación económica, nos seguimos yendo o, mejor dicho, nos siguen echando. Según los datos del INE, desde el inicio de la crisis, la cifra de migrantes ha aumentado casi un millón de personas (de 1.471.291 inscritas en enero de 2009 a 2.406.611, en enero de 2017). Sin embargo, la cifra de participación del voto exterior se mantiene por debajo del 10% de las personas inscritas (en las pasadas elecciones de junio de 2016, logró votar tan solo un 6,3% del CERA, es decir, 121.000 personas de un censo de 1.924.021 millones en aquel momento)
Facilitar el voto a la diáspora ha sido una de las principales luchas de Marea Granate, que en sus cuatro años de vida, no ha dejado de ayudar al electorado residente en el extranjero, con tareas de asesoría, difusión de información y ayuda con los trámites burocráticos.
Concretamente, Marea Granate ha hecho la labor que la administración no ha querido hacer, bien sea por falta de menos o desidia, y ha llevado adelante iniciativas tan sonadas como la de “Rescata mi voto” que en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 lograron rescatar 3.549 votos y se quedaron 13.377 esperando a ser rescatados.
Y nuestras reivindicaciones llegaron al Congreso
El colofón de estos cuatro años de lucha fue el pasado miércoles 13 de diciembre, cuando el Grupo de Voto de Marea Granate fue invitado a presentar sus propuestas de reforma de la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General) ante la subcomisión del Congreso de los Diputados encargada de examinar dicha Ley. De este modo, una portavoz del grupo de voto, pudo compartir con los representantes de distintos partidos políticos (PSOE, PP, UP y Ciudadanos) los resultados del extenso informe sobre el voto exterior que Marea Granate acaba de publicar y en el que llevaba trabajando desde principios de año.
En este informe se recogen las reivindicaciones de Marea Granate para lograr una reforma garantista de la Ley Electoral que devuelva el derecho al voto a la población residente en el exterior. Los principales puntos del informe son los siguientes:
- Derogación inmediata del voto rogado que, desde su instauración, ha producido el descenso drástico del voto emigrante, ya aludido, llegando a registrar caídas de hasta el 85% en los diferentes comicios.
- Mejora del sistema de inscripción consular. Se propone un procedimiento de registro simplificado y que sea posible la inscripción a distancia, para acabar con una de las barreras más importantes en el proceso de voto exterior: la lejanía de los consulados del lugar de residencia y sus restringidos horarios.
- Ampliación de los plazos de envío electoral, insuficientes para que la documentación electoral llegue a tiempo a los consulados y a las Juntas Electorales Provinciales. Según datos recogidos por Marea Granate, entre un 35 y un 50% de las personas residentes en el exterior no pudieron votar en los comicios de 2014, 2015 y 2016, simplemente porque las papeletas no llegaron a tiempo.
- Mejora de la información electoral a la ciudadanía en el exterior y dotación de medios (económicos, humanos y tecnológicos) adecuados a las administraciones implicadas. A pesar de que el censo exterior sigue aumentando, las dotaciones destinadas a los servicios consulares han sufrido numerosos recortes: no solo no se han aportado recursos extra, sino que han cerrado consulados importantes, como el de Manchester en 2012.
- Reforma del sistema de voto y creación de alternativas al voto por correo. Considerando que el voto electrónico no supondría ninguna solución a las dificultades para votar desde el extranjero, ya que es un sistema vulnerable, inseguro, caro e innecesario, que supone una pérdida de auditabilidad del proceso electoral por parte de la ciudadanía y las autoridades; Marea Granate propone que las personas residentes en el extranjero puedan descargar online la documentación electoral (para que no haya que esperar a que llegue por correo) y que luego puedan elegir en qué modalidad votar: por correo, en urna consular o por delegación (en la que el elector señala a una persona apoderada con capacidad para deposita el voto en su nombre, como ya se hace en Francia, Reino Unido o Bélgica)
- Por último, y teniendo en cuenta que la migración española ya es, por número de habitantes, la “tercera provincia” del Estado (sobrepasada solo por Madrid y Barcelona) Marea Granate ha insistido en la necesidad de crear una circunscripción electoral exterior, como la que existe en los sistemas electorales francés, italiano o portugués, con un número de escaños en función de la población que reside en el exterior, de manera que pueda elegir a sus representantes parlamentarios y sus intereses se vean representados en ambas cámaras.
Queda mucho por hacer y mucho por luchar hasta que la participación electoral desde el extranjero vuelva a ser como la de antes de la reforma de la LOREG, y también queda mucho por hacer para que la ciudadanía vuelva a gozar de un estado del bienestar pleno.
Marea Granate seguirá luchando por la justicia social, y para que se devuelvan a la comunidad migrante derechos que le han sido robados, no sólo el voto, sino también la asistencia sanitaria gratuita, el derecho de nacionalidad española para descendientes de quienes tuvieron que exiliarse por la Guerra Civil y el derecho a cobrar una pensión tras haber trabajado en distintos países.