«Siempre nos preguntaremos las personas completas si una criatura incapacitada de cuerpo puede tenerse en cuenta para dar ideas del mundo. Quien no sabe de las pasiones de las personas (el amor carnal, el odio, el esfuerzo físico, el sudor y el cansancio, el placer de nadar o tomar el sol, la locura de la pelea, piña a piña, el correr de las lágrimas de alegría cuando se besa por primera vez a un hijito…), quien nunca pudo participar de lo que participamos los normales, ¿puede mandar en un partido político?»
Este comentario, dirigido a Pablo Echenique, lo escribió en su Facebook un, hasta ahora, prestigioso escritor que cerraba una lista en las pasadas elecciones autómicas gallegas. Aunque su autor, al que no pienso citar, lo borró rapidamente y pidió unas desganadas disculpas unos días después, creo que sobra explicar el daño que causó a muchas personas.
Echenique se defiende perfectamente, de hecho lo conocí hace años en el descarado blog De retrones y hombres. Pero no pueden hacerlo miles de personas con diversidad funcional (la palabra discapacidad se queda algo viejuna, aunque yo la entienda en positivo como «distintas capacidades») a las que se insulta de múltiples formas.
Desde un obligado apartheid al negarles la accesibilidad en sus edificios o calles, una educación inclusiva o un trabajo decente;no atenderles en bares, restaurantes y pubs, hasta la agresión o el insulto, como los de un obsceno Donald Trump. Un discurso del odio que pudre impunemente las redes sociales. Hasta ahora.
Discurso y delitos de odio
Insultos, injurias, amenazas, vejaciones, trato degradante, lesiones, abuso o agresión sexual, discriminación, robo con violencia o intimidación, etc. son formas de delitos de odio.
La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) los define como toda infracción penal donde la víctima es seleccionada por su pertenencia a un grupo determinado: el racismo o la xenofobia, orientación o identidad sexual, creencias o prácticas religiosas, antisemitismo, discapacidad, aporofobia, ideología y discriminación por sexo o género. En este vídeo se lo explican:
En el completo Informe 2015 sobre incidentes relacionados con los delitos de odio en España, el Ministerio del Interior indica que el 17% de los delitos del odio se produce en el ámbito de la discapacidad. 226 incidentes registrados, frente a los 199 del 2014, un 13,6% más.
Los responsables en todos los ámbitos son mayoritariamente hombres (407 de 464). El 83% del total en el ámbito de discapacidad.
Las víctimas fueron sobre todo mujeres (128, frente a 107 hombres). Y atención, el 50% del total de delitos de odio registrados a personas mayores de 65 años, fueron por discapacidad.
Vacunas contra el discurso de odio
Relájense, a partir de ahora todas son buenas noticias. Las primeras están implícitas en lo ya escrito y no son menores.
El odio no distingue de colectivos: los mismos odiadores que agreden a personas con discapacidad suelen hacerlo con innmigrantes, mujeres, homosexuales, personas en paro o pobreza… Es suicida ir por libre y sólo con mi colectivo a la batalla en redes o calles contra la discriminiación y los prejuicios. Y aquí hay muchos avances, en redes de ONG y administraciones desde luego.
Hay estadísticas normalizadas. El informe del Ministerio del Interior tiene dos años de vida. Como se comprobó cuando se empezaron a difundir datos normalizados sobre muertes por violencia machista, el primer paso para afrontar un problema es contar a las víctimas (algún día quíza se haga con niños y niñas muertas, pero esta es otra historia)
Podemos aprender algo de historia, la del movimiento por los derechos civiles de las personas con discapacidad. O la de las organizaciones de su ciudad que lo hacen.
Si quieren leer o animar a la lectura, les recomiendo Discalibros, el blog de libros de una profesional comprometida como Pilar Porras en los que la diversidad funcional es la protagonista. Gracias Pilar por toda la ayuda para este post.
Para formarse o saber más, es impresionante este dossier de recursos sobre victimización en la discapacidad, realizado por el equipo técnico del imprescindible SID (Servicio de Informacion sobre Discapacidad) y coordinado por Miguel Angel Verdugo y Pilar Porras. Si quieren ilusionarse, no se pierdan el apartado Proyectos e iniciativas sobre victimización.
La Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito, recoge en su articulado el derecho de las personas con discapacidad a recibir la atención adecuada en cuanto al acceso a la información y protección en caso de necesitarla
Si quieren denunciar un delito de odio, tienen toda la información en esta página del Ministerio del Interior.
Si cree que ha sufrido discriminación por su discapacidad, para facilitar su defensa, el CERMI ha editado esta completa Guía de Autodefensa.
Tienen una Oficina de Asistencia a las Víctimas de Delitos en su ciudad. Estas oficinas están obligadas a coordinar a los diferentes órganos, instituciones y entidades competentes para la prestación de servicios de apoyo a la víctima. En la página 58 de esta Guía Práctica: Cómo actuar ante casos de discriminación y delitos de odio e intolerancia tienen todos los contactos.
Ya hay 11 comisarias accesibles con servicios de videointerpretación para denunciar: Avila, Usera, Valladolid, Oviedo, Zaragoza, Santander, Toledo, Palma, Santiago, Badajoz y Valencia.
Pero sobre todo están las personas que no se callan y reaccionan a los delitos. La más importante es usted pero me apetece recordar a Marta Arias y un post que me sigue emocionando: Infancia y discapacidad:¿Gotas en el desierto? “Cuando uno ve la discapacidad antes que al niño, no sólo es malo para el niño, sino que priva a la sociedad de todo lo que ese niño tiene que ofrecer ”
Y me ilusiona mucho ver a personas como Anxo Queiruga, Nacho Rodríguez o Iker Sertucha, a las que valoro por su compromiso, al frente de diversas federaciones, afirmando que «La discriminación de las personas con discapacidad sigue estando a la orden del día» que «La reserva de empleo para personas con discapacidad se incumple en todo el Estado» o que ¡No puedo expresarme en mi lengua!
Les dejo unos cuantos regalos para el final. Cuando leí con espanto la salvajada del principio estaba con unas clases en la asignatura de Comunicación Solidaria en la Facultade de Ciencias Sociais e Comunicación de Pontevedra. Disfruté mucho con algunos de los trabajos sobre pobreza y exclusión del alumnado (les perdoné incluso que me llamaran viejuno por no tener Instagram-ya lo tengo-), así que le pedí a una parte infografías para difundir en redes y desmentir prejuicios sobre las personas con discapacidad. Este fue el resultado.
Muchas gracias. ¡Contrátenlas ya!
Nos gusta mucho tu blog, y como administrador de BOLETÍN INFORMATIVO DE LA SANIDAD PÚBLICA y de red Progresista por la Defensa de la Sanidad y los Servicios Públicos, nos llenaría de satisfacción y orgullo poder enlazar tu blog en nuestra blogosfera
Gracias Tomás. Sin problema ninguno. Un descubrimiento vuestro boletín. Animo con el y con la defensa a toda costa de la sanidad pública