La Voz de Galicia
Hablando de riqueza, pobreza, exclusión y con quienes no quieren quedarse al borde del camino
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No admitimos el lucro en la lucha contra la pobreza y la exclusión

¿Estará de acuerdo Trinidad Jiménez con esta exigencia de miles de oenegés de acción social o de cooperación al desarrollo? Seguro que si. ¿Lo defenderá cuando se incorpore a Telefónica, esta agencia de colocación de élites?

telefonica

Fuente: La Voz de Galicia

La verdad es que grandes empresas están ganando y por goleada a la labor de muchas organizaciones solidarias en España y por todo el mundo. No hay fronteras para el capitalismo de amiguetes que sustituye la libre competencia por las puertas giratorias, la inversión en paraísos fiscales para evitar tributar en España y el compadreo opaco entre grandes empresas y políticos en perjuicio de PYMES, personas y la propia democracia,

Con estas armas se están ganando infinidad de concursos públicos. A Coruña, por ejemplo, acaba de expedientar a una empresa de Florentino Pérez por desatender a personas dependientes. Es una exigencia unánime de las plataformas de oenegés la  implantación de cláusulas sociales en la contratación pública o conciertos sociales, reconociendo la experiencia y valores de las organizaciones no lucrativas y asegurando que trabajan y compiten en igualdad de condiciones.

Los intereses empresariales parece que también se están adueñando de la política de cooperación para el desarrollo. A veces bajo hermosos nombres como alianzas público privadas. Con multitud de ejemplos sobre todo en América Latina.

Para reflexionar sobre este tema, es un honor cederle el blog a Miquel Carrillo, Presidente de Ingeniería sin Fronteras y responsable de incidencia política en la red de ONGD Àgora Nord Sud

Gràçies Miquel!

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La mujer del César

Hace unos años andábamos por Managua investigando para llevar a cabo un documental sobre la historia de la Cruzada de Alfabetización. Como es lógico, las conversaciones con tanta gente que vivió la que quizás fuera la última revolución del siglo pasado, en su acepción clásica, no sólo nos llevó a evocar episodios tan inspiradores como aquel, sino también todas las circunstancias que envolvieron su colapso. En una de aquellas deliciosas charlas, Fernando Cardenal nos contó cómo el proyecto sandinista no se vino abajo tanto por la derrota electoral provocada por el desgaste de la guerra, sino por el desprestigio que generó la ‘piñata’.

tipos-de-plumaLa piñata es ese juego típico de los cumpleaños infantiles, muy centroamericano y mejicano, en el que un niño golpea una figura de cartón repleta de chucherías, que acaban en las manos de todos los que se ríen de sus palos de ciego hasta que finalmente acierta. Pues bien, nos relataba Fernando, en una reunión del Frente Sandinista en aquellos meses de ‘piñata’ postelectoral, en los que se repartió a escondidas y al tun-tun entre casi todos sus dirigentes las propiedades y activos nacionalizados durante la revolución, la ex-comandante guerrillera Dora María Téllez, harta de lo que era un secreto a voces, se levantó en medio del auditorio y espetó a todas aquellos compañeros que se estaban beneficiando de su posición privilegiada: «Yo no necesito ver cómo roban la gallina, me basta con ver las plumas que han quedado en el suelo para saber que se la han llevado«.

Tampoco nosotros necesitamos una investigación exhaustiva de las relaciones entre las grandes empresas con razón social en el Estado y los partidos políticos, para ver lo bien engrasadas que están las puertas giratorias en nuestro país. El último capítulo se está produciendo, a cámara lenta para no ser utilizado como arma política arrojadiza en las negociaciones para formar gobierno, a raíz del fichaje de Trinidad Jiménez, ex-ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación con el último gobierno de Zapatero, por parte de Telefónica.

La influencia que estas grandes empresas tienen en la definición y puesta en marcha de las política públicas es más que evidente, las plumas las pueden encontrar a diario en todos los medios de comunicación. La cooperación al desarrollo no ha sido ajena a esa injerencia de un gran empresariado que no ha querido dejar pasar una sola oportunidad para expandirse por potenciales mercados, azuzados por una crisis de proporciones desconocidas.

Cooperacion empresas lucro alianza publico privadaInterpretando sesgadamente la necesidad identificada en los Objetivos del Milenio de realizar nuevas alianzas en el campo del desarrollo y de atraer nuevos actores, Exteriores ha metido a capón a empresas como la que dirige el señor Alierta, el BBVA, Santillana y otras tantas, construyendo un discurso teórico sobre la necesidad de contar con ellas para atraer tanto nuevos fondos como fórmulas mágicas para disolver el nudo gordiano de la exclusión y la pobreza.

Precisamente esas empresas constituyeron años atrás en Perú un programa, orquestado por la AECID, que ha sido utilizado hasta la saciedad como el ejemplo recurrente de que era posible contar con nuestros campeones del IBEX35 en la tarea de luchar contra la pobreza. Sin embargo, el mainstream que obligaba a contar sus bondades en público, se disolvía sistemáticamente al acabar la función con un par de cañas en el bar de al lado del elegante auditorio de turno, si conseguías tomártelas con quien de verdad había estado en terreno y conocía las prácticas e intereses de unas y otras.

cooperacion transnacionalesAfortunadamente cada vez va imponiéndose más la idea, también entre las ONG que se apuntaron a ese bombardeo, de que esas grandes corporaciones aportan mucho más a la causa pagando religiosamente sus impuestos en casa y no en cualquier paraíso fiscal, y no intentando convencernos de que conseguirán que el ánimo de lucro, por un instante, no guíe sus pasos.

Pero Roma no olvida los favores, hayan servido o no para algo. Uno más uno, dos. Usted nos ayuda con la internacionalización y nosotros le buscamos un retiro de oro para cuando deje la política, no se preocupe. Y si no fue así, todos merecemos el beneficio de la duda, hay que obrar con extremada precaución y no dar pie a la sospecha, en un escenario por el que ya han pasado antes muchos otros, utilizando cualquier artimaña legal para saltarse los filtros que los partido se han autoimpuesto en esta materia.

La mujer del César además de ser casta debe parecerlo, y la señora Jiménez, quien seguro cuenta con innumerables capacidades profesionales para buscar otros caminos debería reconsiderar convertirse en una mujer de (César) Alierta.

@MiquelCarr