El nuevo presidente del Partido Popular acaba de presentar su Plan de medidas urgentes y extraordinarias en defensa de las familias y la economía de España. Además de su tono educado, y en estos tiempos de fomento interesado del discurso del odio ya es mucho, lo que más ha trascendido son sus propuestas de reducción de impuestos. No me voy a referir a ellas porque poco creíbles y fiables son mientras no se diga claramente qué gastos se recortarían y sobre todo que estos recortes no afectan a las personas en pobreza, dependientes, con discapacidad, migrantes, pensionistas, acceso a vivienda, etcétera.
Si me interesó leer en algún medio referencias someras del tipo: «una caricia socialmente apreciable: subvencionar con un “pago anticipado”, una suerte de cheque, de 200 a 300 euros mensuales, a las rentas más modestas, inferiores a los 14.000 euros anuales«.
Gran parte de mi trabajo se basa en encontrar oportunidades y grietas con las que intentar avanzar contra la pobreza y la desigualdad. Puede que Alberto Nuñez Feijoo presida el gobierno (esperemos que sin el apoyo de la fuerza política que favorece la violencia, el odio y la xenofobia) y como mi experiencia en Galicia es que con rigor, trabajo en red y comunicación constante es factible introducir medidas he consultado el documento. A ver si les parece tan interesante como a mi:
D) Impuesto negativo articulado como pago anticipado para personas especialmente desprotegidas por el incremento del IPC para las rentas del trabajo y de actividades económicas más bajas sobre las que no hay obligación de retener, y coordinado con las ayudas que se puedan recibir desde el Ingreso Mínimo Vital o desde el Bono Social Eléctrico y del Bono Social Térmico, así como del resto de prestaciones sociales que se prestan desde CCAA y Ayuntamientos.
Las medidas anteriores de incrementar el mínimo personal y los mínimos familiares unido a la deflactación de la tarifa, y la consecuente adaptación de las retenciones con el objeto de su repercusión inmediata en las nóminas de los contribuyentes, pueden ser poco efectivas para los perceptores de rentas por debajo del umbral de los mínimos establecidos en el reglamento como límite cuantitativo excluyente de la obligación de retener. (Caso general 14.000 euros, que puede llegar hasta los 17.600 euros aproximadamente en función de las circunstancias personales y familiares del contribuyente Por ello, se podría plantear una deducción máxima específica aplicable sobre la cuota diferencial del impuesto entre 200 y 300 euros anuales para estos contribuyentes, una deducción en cuota, que podrán obtenerla de forma anticipada (similar a la deducción por maternidad o la deducción por familias numerosas o personas con discapacidad a cargo).
Como se avanzaba anteriormente, estas medidas pueden plantearse en coordinación con el resto de las ayudas sociales estatales como el Ingreso Mínimo Vital, el Bono Social Eléctrico y el Térmico o las prestaciones sociales que financian las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Es interesante porque no niega el Ingreso Mínimo Vital, una medida contra la pobreza severa que existe en otros países europeos desde hace décadas pero no en España. Es obligado reconocer al gobierno la decisión de implantarla por fin y que su impacto y cobertura vayan creciendo a pesar de la nefasta descoordinación en su puesta en marcha con CCAA, ayuntamientos o organizaciones del Tercer Sector, de los múltiples cambios normativos, testarudez ministerial o de su filosofía de hiperburocratización y culpabilización encubierta de las personas y familias solicitantes.
Pero lo es sobre todo porque, si esta propuesta no se un mero paripé, con la concepción de devolución y deducción anticipada en el IRPF se podría dar un paso contra esta hiperburocratización, automatizando la percepción de ingresos mínimos. Hace unos años nos lo explicaba Sonia Fuertes, en aquel momento vicepresidenta de la Taula d’entitats del Tercer Sector Social de Catalunya, en el artículo «¿Un Impuesto de la Renta Negativo contra la pobreza?» De hecho la obligación de que perceptores de Ingreso Mínimo Vital hagan la declaración del IRPF, a pesar de ser un nuevo encarnizamiento burocrático a las personas afectadas, creo que va ya en esta línea.
¿Un paso hacia la Renta Básica Universal?
Discúlpenme si me vengo un poco arriba y las provocaciones y hasta blasfemias que voy a escribir a continuación. Creo que son positivos y hay que poner en valor los avances que aseguren el derecho a unos ingresos mínimos y a la inclusión social con la mínima burocracia posible, que no culpabilicen a las personas y que tiendan a la universalidad.
Lo son las pensiones de jubilación, la Seguridad Social y nuestro sistema universal de salud, el Ingreso Mínimo Vital o la universalización de la prestación por hijo a cargo. Lo son en Galicia la Tarxeta Básica para superar el asistencialismo (incomprensible que se quiera hacer desaparecer) o la educación universal y gratuita para niños y niñas de 0 a 3 años que se implantará el próximo curso.
Para no dejar de avanzar, les animo a apoyar la Iniciativa Ciudadana Europea que reclama la implantación de rentas básicas incondicionales en todos los países de la Unión Europea.
No sería honesto si no dejara constancia que solo han recogido 203.281 firmas y se requieren 1.000.000 antes del 25 de junio. En toda España se requieren 41.595 y sólo se han conseguido hasta ahora 34.885. Quizá sus promotores no han seguido una de las normas básicas de la incidencia política: «no hacer nada antes que hacer el ridículo«…