La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
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Portugal

Portugal emociona. Es la cuarta vez que enamoran en una Eurocopa. Y puede ser la primera en la que logren algo. Lloraron en el 84, con Chalana y gol en la prórroga de Platini, en el 2000, gol de oro de Zidane, y en el 2004, con la miserable derrota en la final ante la empalizada griega. Lo tienen casi todo para ganar. La defensa de los cien millones, aunque a balón parado parece que los Chelsea boys se convierten en estatuas. Una media con un Moutinho, que es un compás. Tienen a CR7, el futbolista total, un gamo con un puñal en sus dientes perfectos. Tienen a Simao, que corre y corre cada balón como si fuera la primera vez. Tienen a Deco, con galones y ganas de demostrar quién es en el mundo del fútbol después de una temporada de fiesta en la discoteca del Barcelona. Tienen un Seguir leyendo

Nadal IV

Nadal es un muro. Imbatible en tierra batida. Es jugar contra un frontón. Ya es un mito sobre la arcilla. El cuarto título consecutivo le pone a la derecha de Bjorn y por delante de Willander, Lendl y Kuerten. Este chico tiene un brazo zurdo que parece una pierna. Es un corsario, pantalones pirata y pañuelo en la cabeza, que no se retira hasta que devora su presa, aunque su presa sea un suizo que marca los golpes mejor que un reloj de precisión. Con Roger se dio un festín en París, con seis cero de broche incluido. La final más corta desde el 80 y con  menos juegos desde el 77. Superó también a Guillermo Vilas en el ganador más rápido e igualó a Illie Nastase y al sueco de hielo Bjorn en vencer en Roland Garros sin perder un set en todo el torneo. Incontestable, abrumador, este chico Seguir leyendo

YSL, el sastrecillo valiente

Hacía filosofía con unas tijeras. Sin matar a nadie. Sobre un trozo de tela. Nunca se le olvidó el eco maldito de los compañeros de colegio que se reían de él por ser homosexual. Distinto y distante, Yves Saint Laurent nació francés en Argelia un 1 de agosto del 36. Su socio y amor Pierre Bergé lo protegió toda la vida: «Nació con una depresión. No tenía talento para la vida. Pero, si Chanel le dio libertad a la mujer, YSL les dio poder». Era un genio. Reconoció sus problemas con drogas y alcohol. Regresó del infierno varias veces. Era un dandi, que se ocultaba detrás de una gafas enormes. Tenía tan poca vista que fue el único capaz de ver en un cuadro de Mondrian un vestido, que fue mítico. Fue el primero en subir a las pasarelas a modelos negras. Necesitamos más tipos raros como él para avanzar. … Seguir leyendo

Memoria de Pollack

Hay directores que mean con gasolina su territorio y hacen películas tan personales que es imposible imitarlos. Orson Welles, Woody Allen o Pedro Almodóvar. Los adoras o los odias. Tiene lo que se llama un sello personal. Hay otros directores que, sin ser menos artistas, manejan un lenguaje más universal, más sencillo. Directo a los corazones. Son hombres a los que se les llama maestros del oficio, carpinteros del séptimo arte. Sydney Pollack pertenecía a este grupo capaz de facturar historias hermosas con una única lectura: la emoción. Pollack firmó Memorias de África, Tal como éramos, Tootsie, filmes capaces de contagiar unas lágrimas del rostro de una peluquera al de un albañil, sin hacer distinciones de ninguna clase. Narraciones para todos los públicos. Ahora el cangrejo maldito se lo lleva, con solo 73 años. Siempre es antes de tiempo. Si Sidney Lumet ha sido capaz de hacer gran cine con … Seguir leyendo

Luna creciente

Di Marco sale de la redacción y enciende un pitillo, que fuma antes de subirse al coche, junto a una barandilla que permite mirar y oler el mar. Ya es de noche. Di Marco se da cuenta que la luna creciente puede ser una guadaña o una sonrisa de plata, según el estado de ánimo.
-Somos lo que sentimos, se dice para sí mismo Di Marco.
Hace tiempo que la vida le pasa a Di Marco unas facturas muy caras, pero él prefiere no pensarlo y aprieta los dientes y sigue adelante, sin tener ni idea ya de lo que significa adelante.
-Es como las mareas. ¿Suben a bajan?
Quién puede responder a esa pregunta. En la primitiva hay una posibilidad entre un millón de que te toque la combinación ganadora. En la vida no existe ni esa posibilidad. Di Marco sube al coche, porque se pone otra vez a … Seguir leyendo

El Bar

Cuando el dueño del Bar pensó el local no sabía que estaba diseñando un lugar en el que el humo permite ver a las personas mejor que en ninguna otra parte. El Bar es ese tipo de sitio en el que los clientes habituales y las coristas te radiografían el alma con solo darte fuego. El dueño era como un buda. Enorme y distante, sentado siempre en la esquina de dos mesas, entre la penumbra, al amparo de las columnas. El pianista del Bar tenía unos dedos larguísimos como si en vez de tocar las teclas las estuviese señalando. Sabía llevar el tempo de una canción y hacía de alguna manera que su música te transportase en un colchón de plumas hacia ese lugar donde cualquier tiempo pasado fue mejor. El Bar es un club en el que la nostalgia está por todas partes, como una pátina. Como los carteristas … Seguir leyendo

De copas

-Tomamos demasiadas copas en el bar. Así nos confundimos -decía Di Marco, mientras calculaba cómo poner un pie delante del otro, para no tropezar.
Al caminaba a su lado.
-Ya te dije que los placeres hay que disfrutarlos siempre con moderación para que duren más. Y el guisqui con agua, para paladearlo. Tienes que dejar de beber esos licores extraños. Un licor de colores no es serio. Eso está muy bien en un hotel de Haway, pero no en un bar serio. Cualquier día pides uno de esos coctail que te los sirven con lucecitas y con chispas. Tan así que más parecen una bomba a punto de estallar que una bebida.
Entraron en el club de alterne y todas las chicas miraron para ellos como midiéndolos. Era un martes. No era día de feria, de fútbol ni de mercado. Ellos eran los únicos clientes. Un rumana se acercó a … Seguir leyendo

Más Ford

Vuelvo a Ford. O sigo con Ford y su trilogía sobre el hombre de clase media americano. Esa prosa morosa, por lenta. Esa manera de convertir cada párrafo en un fresco para desnudar la existencia de cualquiera. La vida pasa o sucede y las relaciones se suceden o pasan. Y Richar Ford nos lo cuenta con elegancia. Como una crónica de la punta del iceberg de los corazones helados. Y nos enseña también algo que olvidamos con frecuencia hasta que el terremoto nos sacude: que una vida se apaga como la luz de una vela. Solo hace falta un fatal soplido del azar. Que salga tu número en la lotería incierta.… Seguir leyendo

Barras y estrellas

No me gusta Bush. No me gusta el beisbol. Pero hay momentos en los que el país de las barras y estrellas es muy grande. Richard Ford ha publicado la tercera entrega de la vida de su periodista deportivo y agente inmobiliario. Es la hora de la vejez, del cáncer en la próstata. Están todos los rituales norteamericano y esa prosa de Ford que nos corroe poco a poco como una corriente subterránea y que nos hunde en el fango de la melancolía. La vida es asombrosa y paradójica, escribe con razón. Dejo el libro y veo una película. Perdición, del dios Wilder. El cine negro, contado por un genio. La película gana en velocidad. Los diálogos son fuego cruzado. Todo está medido. Ay, esas frases que quedan de los grandes libros y las grandes películas. Como aquella actriz que tentaba a su amigo:

-Los pianos usados suenan mejor.… Seguir leyendo

La soledad de las vocales

Leo un libro de Chesi, de José María Pérez Alvárez, sí, también llamado Chesi. Un libro, raro, raro, muy raro, pero un ejemplar que me reconcilia con la lectura. Se titula La soledad de las vocales y ha merecido el tercer premio Bruguera de Novela. Esther Tusquets le dio el premio con los ojos abiertos, como jurado único. Este autor que saltó a los periódicos por sufrir un presunto plagio de Bryce Echenique es uno de los auténticos. Juan Goytisolo aplaudió en su día otra de sus novelas, Nembrot. Tiene mucho que ver con Lobo Antunes o con algunos de los libros de Cela. Es como ellos un hipnótico verbal. Un pirotécnico de la lengua y de la soledad. El inquilino de una pensión cuenta su vida. Está en una pensión a la que se le caen las letras del letrero. Está en la habitación de una pensión en la … Seguir leyendo