La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
Seleccionar página

La vida de verdad

Escribir era como cuando jugaba al fútbol y creaba ocasiones donde no las había. Escuchaba y le llegaban unas líneas. Y todo se iba quedando, como un eco en la cabeza, en el interior de un armario con piezas de ropas descolocadas y siempre un abrigo rojo al fondo, un rojo que llamaba.Oía palabras y le atraían como un imán. Escuchó esa expresión tan coloquial, la vida de verdad, y también se la quedó. Se la quedó como una medalla que se prende en el pecho y se luce en una noche de baile, en un salón enorme con arañas de luz que cuelgan del techo. Y la música que sale por los ventanales hacia los carballos del jardín, tras rebotar en el cristal de Bohemia de las copas y en los aceitunas de los martinis. ¿Cuál era la vida de verdad? ¿La de las noches con baile o … Seguir leyendo

El Bar

Cuando el dueño del Bar pensó el local no sabía que estaba diseñando un lugar en el que el humo permite ver a las personas mejor que en ninguna otra parte. El Bar es ese tipo de sitio en el que los clientes habituales y las coristas te radiografían el alma con solo darte fuego. El dueño era como un buda. Enorme y distante, sentado siempre en la esquina de dos mesas, entre la penumbra, al amparo de las columnas. El pianista del Bar tenía unos dedos larguísimos como si en vez de tocar las teclas las estuviese señalando. Sabía llevar el tempo de una canción y hacía de alguna manera que su música te transportase en un colchón de plumas hacia ese lugar donde cualquier tiempo pasado fue mejor. El Bar es un club en el que la nostalgia está por todas partes, como una pátina. Como los carteristas … Seguir leyendo

De copas

-Tomamos demasiadas copas en el bar. Así nos confundimos -decía Di Marco, mientras calculaba cómo poner un pie delante del otro, para no tropezar.
Al caminaba a su lado.
-Ya te dije que los placeres hay que disfrutarlos siempre con moderación para que duren más. Y el guisqui con agua, para paladearlo. Tienes que dejar de beber esos licores extraños. Un licor de colores no es serio. Eso está muy bien en un hotel de Haway, pero no en un bar serio. Cualquier día pides uno de esos coctail que te los sirven con lucecitas y con chispas. Tan así que más parecen una bomba a punto de estallar que una bebida.
Entraron en el club de alterne y todas las chicas miraron para ellos como midiéndolos. Era un martes. No era día de feria, de fútbol ni de mercado. Ellos eran los únicos clientes. Un rumana se acercó a … Seguir leyendo

Una noche helada

Hacía tanto frío fuera que las farolas parecían bolas de nieve. Di Marco apuró el paso para no quedarse congelado. Si sacabas una mano del abrigo se convertía en garra. Y si los brazos no iban bien pegados al cuerpo pasaban a ser remos. Di Marco sólo quería llegar al bar. En el bar la temperatura era todo lo contrario. Ese calor que sólo se siente en el infierno. Bajabas las escaleras tras saludar al armario de la puerta y una bofetada de aire parecía llegar desde el desierto. Lo único frío en el interior del club eran los hielos para enfriar las bebidas y los corazones de las coristas. No hay mejor manera de terminar unas elecciones que apoyado en la muleta de la barra de un bar.… Seguir leyendo